Desde temprana edad las niñas son disuadidas de ser líderes. Cuando un niño se impone o toma el mando en la escuela o entre los amigos suele ser llamado “líder”, pero si una niña intenta hacer lo mismo corre el riesgo de ser etiquetada como “mandona”.

 

En Estados Unidos, la asociación Leanin.org, enfocada a impulsar el liderazgo entre las mujeres, y las Niñas Exploradoras lanzaron la campaña “Ban Bossy”, que va dirigida a estimular el liderazgo y el éxito en las niñas.

 

Líderes y figuras como la primera dama estadounidense, Michelle Obama, la cantante Beyoncé, y la actriz Jennifer Garner, se unieron a esta campaña para motivar a las niñas a expresarse y no temer a ser líderes.

 

La iniciativa recomienda a las niñas dejar de lado los estereotipos y decir siempre lo que piensan, dejar de disculparse por eso, buscar desafíos, no temer pedir ayuda y confiar en sí mismas.

 

 

La idea es simple: prohibir en la medida de lo posible utilizar el término “mandona” o alguno similar, que por lo regular identifica a las niñas como “agresivas”, “enojadas” y “demasiado ambiciosas”, lo que desmotiva su liderazgo.

 

“Llamar a las niñas mandonas es una de las tantas cosas que hacemos para disuadirlas de que sean líderes. No es extraño que en la secundaria las chicas estén menos interesadas que los varones en desempeñar los roles de liderazgo, una tendencia que continúa en la edad adulta”, advierte esta iniciativa.

 

De acuerdo con datos recabados por Leanin.org, la autoestima en las niñas cae 3.5 veces más que en los niños entre la primaria y la secundaria, ya que la brecha de la confianza entre ambos comienza a distanciarse desde temprano debido a la falta de motivación para las chicas.

 

Asimismo, la campaña revela que las niñas tienen el doble de posibilidades que los niños de ser llamadas “mandonas” o ser mal vistas al querer asumir un rol de liderazgo.

 

Pese a que las mujeres se han posicionado cada vez más en roles de importancia, todavía son menos los puestos que ocupan. Tan sólo 19% de los puestos en el Congreso de Estados Unidos son ocupados por mujeres, y apenas 5% de las direcciones ejecutivas en las mil compañías más importantes de ese país y 17% de los consejos directivos recae en ellas.

 

 

 

 

Tener aventuras es cosa de niños y también de niñas

 

Sofía es la única niña entre seis primos. Con ellos juega fútbol, canicas, a las carreras y con carritos, aunque también disfruta de jugar con sus peluches y muñecas. A veces su hermano le hace compañía a la hora de la “comidita”.

 

Casos como el de Sofía muestran que los roles de género en los juegos infantiles e incluso, en los juguetes están desapareciendo, un fenómeno que se vuelve más recurrente en los hogares de clase media de zonas urbanas, debido sobre todo a los papeles cada vez más equitativos que llevan padres y madres en la casa, dijo Claudia Sotelo, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).

 

A principios de año, Charlotte, una pequeña niña estadounidense escribió una carta de apenas unas líneas a Lego, pidiendo a la compañía que hiciera más figuras de niñas para aventura, porque cuando entró a la juguetería todas las figuras de acción estaban enfocadas a los niños.

 

“Los chicos han vivido aventuras, trabajado o nadado con tiburones. Quiero que fabriquen más chicas Lego y que las dejen vivir aventuras y pasárselo bien, ¿ok?”, pidió Charlotte a la empresa de juguetes.

 

De acuerdo con Sotelo, este fenómeno ocurre debido a que hoy vivimos en una sociedad donde los roles de trabajo y del hogar están desapareciendo, y entre los niños ésta no es la excepción.

 

“Los niños son lo que ven de los adultos. Si una mamá es una ejecutiva de una empresa, es normal que su hija juegue a que es la jefa de una corporación ficticia. O si un niño ve lavar los platos a su papá, él mismo comenzará a ayudarlo a realizar esas tareas hogareñas”, explicó la especialista.

 

Cifras del CEEPI señalan que entre 70% y 80% de los menores a 12 años se integran sin problemas a juegos que antes no eran considerados de su género, además de que en las escuelas 40% de los estudiantes desempeña actividades que anteriormente no hubieran sido tan bien vistas, como el que las niñas jueguen fútbol o los chicos practiquen danza, por ejemplo.

 

“Estas actitudes los hacen más tolerantes y evitan la misoginia tan característica de los juegos de otras generaciones”.

 

Estas conductas, agregó la especialista, se refuerzan por las películas, series de televisión o comerciales: “los niños van al cine a ver películas donde hay heroínas y las princesas dejaron de ser delicadas, como en los filmes Valiente o Enredados, donde las protagonistas dejan de esperar a su ‘príncipe azul’ y buscan aventuras y conocer el mundo”.

 

 

Juguetes “sin género” motivan habilidades 

 

Para la directora del CEEPI la división entre los juguetes de niños y niñas en tiendas no va a desaparecer, siempre habrá muñecas para ellas y figuras de acción para ellos, no obstante, cada vez hay más opciones neutrales, que ambos géneros pueden disfrutar y eso es benéfico porque motiva a los infantes a ser más tolerantes e incluyentes.

 

De acuerdo con un estudio de la Universidad de Purdue, en Indiana, Estados Unidos, los juguetes con cualidades inflexibles de género, es decir, que son pensados para niñas o niños, podrían alentar atributos que no son los que los padres o maestros realmente quieren fomentar.

 

“Para las niñas jugar exclusivamente con muñecas podría traer un enfoque en el atractivo y la apariencia, que tal vez conduzca a un mensaje de que ésta es la cosa más importante en la vida, mientras que para los niños, el énfasis en la violencia y la agresión con juguetes como armas y figuras de acción, podría ser contraproducente a largo plazo”, explicó Judith Blakemore, profesora de Psicología en dicha universidad.

 

El estudio de la universidad estadounidense partió de la idea general de que los juguetes que más se asocian con los muchachos están relacionadas con peleas o agresiones (armas, soldados, luchadores), mientras que los que se fabrican para las niñas se enfocan en la apariencia (muñecas, accesorios, maquillaje, joyas).

 

No obstante, los juguetes en general pueden dividirse en seis categorías: muy femeninos, moderadamente femeninos, neutral, moderadamente masculinos y fuertemente masculinos, además de integrar características como ser manipulables, emocionantes, educativos, agresivos y musicales, entre otras.

 

En una entrevista con la Asociación Nacional para la Educación de Niños Pequeños de Estados Unidos (NAEYC, por sus siglas en inglés), Blakemore subrayó que los juguetes moderadamente masculinos y femeninos tienen muchas cualidades positivas para niños y niñas. Los primeros fomentan habilidades espaciales, físicas y cognitivas, por ejemplo, mientras los segundos alientan el cuidado, atención, y habilidades para el hogar, por lo que recomendó pensar en estimular a los pequeños de ambas maneras al comprarles juguetes.