La psiquiatría moderna comenzó a declarar oficialmente como enfermo mental a cualquier persona que se desvía de lo que considera una norma, según la última corrección del Manual Estadístico y Diagnostico de los Trastornos Mentales (DSM).
La denominada “condición” por la que una persona puede optar por resistir la conformidad ha sido etiquetada por los psiquiatras como un “trastorno de oposición desafiante” u ODD (por sus siglas en inglés), informa Natural News.
Como se puede sospechar, casi cualquier conducta personal percibida por otra persona como indeseable o extraña puede ser categorizada como un síntoma de ODD.
Los niños que realizan berrinches o luchan con sus hermanos, por ejemplo, podrían ser declarados con esta supuesta enfermedad mental, ya que así expresan su desacuerdo con los padres o maestros a pesar de que se sabe que la desobediencia y la rebeldía son comportamientos comunes entre los niños pequeños.
Pero ese es el problema cuando se categorizan las condiciones como el ODD tan sin sentido. Virtualmente, cualquier comportamiento “no común” puede ser declarado como de oposición o simplemente deficiente porque desafía al status quo.
Mentes famosas del pasado como Thomas Alva Edison y Alexander Graham Bell, por ejemplo, quienes sus no convencionales ideas lucieron locas para su época, son el tipo de personas que hoy en día podrían ser declarados con síntomas de ODD o con algún otro tipo de enfermedad mental.
Uno de los mayores peligros que guarda este enfoque subjetivo en el diagnóstico de la enfermedad mental, según algunos expertos, es la amenaza de restricciones de la libertad de expresión y la disidencia política. Así algunos gobiernos federales ya han tratado de declarar a quienes se oponían a sus políticas tiránicas, como enfermos de “paranoia política”, otro tipo poco razonable de “trastorno mental”.