Los socorristas abandonaron hoy la búsqueda de sobrevivientes en el poblado sepultado por el desprendimiento de una montaña en el noreste de Afganistán, debido a que carecen del equipo necesario para remover toneladas de tierra y piedras.
La decisión fue confirmada por autoridades locales, que también revisaron a la baja el elevado número de víctimas que horas antes estimaron en al menos dos mil 100 y colocaron la cifra en alrededor de 500.
Después de hallar a siete sobrevivientes, los equipos de rescate perdieron la esperanza de encontrar a más de ellos, un día después de que se desprendió la ladera de una montaña y sepultó a la aldea de Aab Barik, en la remota provincia de Badakhshan.
Los rescatistas dejaron de cavar en la tierra y el lodo esta tarde y la zona quedará como una enorme fosa común, indicaron las autoridades provinciales, de acuerdo con la agencia afgana de noticias Khaama Press.
Hasta ahora se desconoce con exactitud el número de personas que quedaron sepultadas por tierra y rocas, que habrían cubierto unas 300 casas con sus familiares dentro, pues el incidente ocurrió en viernes, día de descanso en Afganistán.
La mañana de este sábado, las autoridades confirmaron que hasta dos mil 100 personas estaban muertas o desaparecidas, sin embargo al anunciar la suspensión de los trabajos de rescate estimaron que sólo un máximo de 500 personas habrían fallecido.
“La primera cifra que anunciamos se obtuvo de la población local, no de nuestro equipo técnico”, sostuvo el vicegobernador de Badakhshan, Gul Mohammad Bedar, y puntualizó: “creemos que el número de muertos no se elevará más allá de 500”.
La misión de ayuda humanitaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Afganistán precisó que no podía verificar el saldo de víctimas, pero reiteró que 350 muertes fueron confirmadas y “muchas (personas) más” están desaparecidas.
El coordinador de la ONU, Mark Bowden, declaró a la prensa que las posibilidades de encontrar sobrevivientes eran escasas debido a la naturaleza catastrófica de la zona afectada y al riesgo de nuevos desprendimientos.
Las casas quedaron sepultadas bajo 60 metros de tierra y piedras, por lo que los rescatistas -armados sólo con un reducido número de palas- fueron incapaces de llegar hasta ellas. “Es físicamente imposible. Nosotros no tenemos suficientes palas, necesitamos máquinas”, dijo.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, expresó su profunda tristeza por la tragedia y declaró un día de duelo nacional mañana domingo en el país por la víctimas del alud.