Los terremotos, disturbios sociales, accidentes laborales, ataques terroristas, pandemias y otros desastres naturales y sociales han costado a los países avanzados y emergentes alrededor de 1.5 billones de dólares en los últimos años, más del doble de lo que costaban hace una década, estimo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En un estudio presentado este lunes en París, Francia, el organismo internacional señaló que los terremotos, pese a que no son los desastres más frecuentes, son las catástrofes más dañinas en términos humanos y económicos.
Tan solo entre 1973 y 2012, los 210 sismos considerados catastróficos que se contabilizaron entre los países miembros de la OCDE causaron una media de 338 muertes cada uno y provocaron en total 63 mil 836 damnificados, además de pérdidas económicas medias de dos mil 571 millones de dólares.
El informe ejemplifica cómo, además de la trágica pérdida de vidas, los terremotos de Chile y Nueva Zelanda en 2010 y 2011 costaron 10% y 20% de su PIB anual, respectivamente. Asimismo, el terremoto de Japón de 2011, que provocó un tsunami y el desastre nuclear contribuyeron en gran medida a una contracción económica de 0.7% ese año que impactó en la economía mundial, debido la interrupción de las cadenas de suministro industrial.
Especialistas del organismo advirtieron que sin acciones inmediatas, estos costos podrían subir aún más, debido a la amenaza del cambio climático, además de que las grandes concentraciones de personas y activos en zonas de riesgo, así como los vínculos económicos más estrechos entre los países harán que el impacto de estos eventos se propague más rápidamente a través de las fronteras y sectores empresariales.
La OCDE recomendó a los gobiernos una planificación más eficaz para enfrentar los desastres naturales y sociales, entre las que destacan incentivos financieros para que empresas y particulares se protejan contra los riesgos, además de intensificar la coordinación internacional.