Petróleos Mexicanos (Pemex), podría vender su participación accionaria del 9.4% en la empresa española de hidrocarburos Repsol.
De acuerdo con el noticiero on line El Confidencial, fuentes financieras revelaron que Pemex, el tercer mayor accionista de Repsol y un inversionista del grupo, contrataron a Credit Agricole para llevar a cabo la venta.
Posteriormente, dos fuentes de Pemex confirmarían la operación a la agencia Reuters.
“Bueno en realidad parece que lo que está motivando en el fondo esta venta es una falta de acuerdos entre Pemex y Repsol”, explicó Leticia Armenta Fraile, directora del Centro de Análisis Económico del Tecnológico de Monterrey.
De acuerdo con la especialista, Pemex formaba parte del grupo de decisiones debido a esta cantidad de acciones, por lo que toda injerencia o influencia en decisiones de la empresa quedará eliminada.
El factor Brufau
El consejo de administración de Repsol designó la semana pasada como consejero delegado a Josu Jon Imaz, presidente de la filial Petronor y ex presidente del PNV, un nombramiento considerado por los analistas como continuista de la estrategia de la española y que no contó con el voto favorable del representante de la mexicana.
Según el nuevo organigrama, el director financiero de Repsol seguirá reportando a la presidencia mientras que la estrategia dependerá de Antonio Brufau en su papel de presidente del consejo.
Pemex había pedido en varias ocasiones la separación de Brufau de la presidencia del directorio.
En 2011 la paraestatal mexicana aumentó su participación de 4.9% a 9.4%, luego de que el entonces director general Juan José Suárez Coppel hiciera la operación de compra sin consultar al Consejo de Administración.
Desde entonces, la relación de Pemex con la entonces primera accionista de la firma, Sacyr Vallehermoso, fue cercana y orientada a cambiar la dirección de la empresa.
Este acercamiento no fue del todo fructífero, sin embargo, Pemex mantuvo 9.4% de participación.
La mayor pérdida
De acuerdo con Armenta Fraile, de concretarse la venta de Pemex de su participación en Repsol, la paraestatal no sufrir una pérdida significativa, sin embargo, se perdería la oportunidad de tener un acercamiento provechoso a nivel tecnológico:
“Primero que nada como en todas las alianzas siempre hay un pro y un contra, y éste era la posibilidad de beneficiarse del aprendizaje a nivel tecnológico. Ese era fundamentalmente el centro de interés, ese sería a mi juicio la mayor pérdida, sin embargo es muy importante que tengan una visión semejante y compartida respecto a las diferentes actuaciones delas empresa. Es más sano deslindarse que mantener la inversión”, detalló.
El paquete estaría valorado en dos mil 300 millones de euros (tres mil 200 millones de dólares) a los actuales precios de mercado.
En caso de un deslinde al 100% entre Pemex y Repsol, Armenta Fraile explica que otras compañías podrían ser los nuevos socios de la paraestatal mexicana, específicamente, socios tecnológicos:
“No, no está perdido, lo que tenía Pemex era sólo 9% de acciones y lo que va a hacer es desinvertir. No hay razón de ubicarlo como perdida.
“En el mapa de empresas petroleras hay un gran conjunto de líderes en el mercado en donde hay presencia de empresas americanas, europeas, y países nórdicos, lo mismo ocurre con empresas de Medio Oriente que son allegadas a Estados incluso a nivel Latinoamérica, como Petrobras, que también tiene vínculo con Pemex”, concluyó Armenta Fraile.