Por menos, mucho menos de lo que hoy está sucediendo en Michoacán, Guerrero y Tamaulipas, el Senado de las épocas autoritarias del partido hegemónico, aquel Senado de la “dictadura perfecta” (Mario Vargas Llosa dixit), hubiese declarado, sin que le temblara el pulso, la desaparición de poderes en los estados desgobernados o subgobernados, y hubiese mandado a la… a la casa de cada quien, a los ineptos caciques locales con disfraz de gobernadores.
Es mayor el costo político que hoy pagan esos neopriistas y su jefe frente a la ciudadanía de los estados mencionados, que el precio que tendrían que pagar si reconocieran que Fausto Vallejo Figueroa, Ángel Aguirre Rivero y Egidio Torre Cantú -un perredista expriista y dos priistas- no pudieron con el paquete… ni podrán, por más que diga el secretario de Gobernación que están “trabajando de pelos”. A estas alturas, nadie pone en duda que ese impresentable trío haría menos daño a sus paisanos y a sus respectivos partidos si les fueran aplicados los santos óleos políticos y el Senado se encargara de darles cristiana sepultura (también política).
Un observador alarmado por el desgobierno que viven esos tres estados pregunta: ¿Qué están esperando los senadores para meter las manos en ese asunto? ¿No creen que ya es hora de que relean -o lean por vez primera- el Artículo 76 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y compartan con el Ejecutivo federal la responsabilidad de rescatar a aquellas entidades de la violencia y la inseguridad en que las tienen sumidas el crimen organizado y la ineptitud de sus respectivos desgobernadores?
Para ahorrarles trabajo a senadores y senadoras, el observador transcribe el ordenamiento mencionado:
Artículo 76. Son Facultades exclusivas del Senado:
V. Declarar, cuando hayan desaparecido todos los poderes constitucionales de un Estado, que es llegado el caso de nombrarle un Gobernador provisional, quien convocará a elecciones conforme a las leyes constitucionales del mismo Estado. El nombramiento de Gobernador se hará por el Senado a propuesta en terna del Presidente de la República con aprobación de las dos terceras partes de los miembros presentes, y en los recesos, por la Comisión Permanente, conforme a las mismas reglas. El funcionario así nombrado, no podrá ser electo Gobernador constitucional en las elecciones que se verifiquen en virtud de la convocatoria que él expidiere. Esta disposición regirá siempre que las constituciones de los Estados no prevean el caso.
Ya no existe justificación posible -insiste el alarmado- para que los senadores que forman la fracción del PRI en la Cámara alta sigan haciendo como que la Virgen les habla y viendo para el cielo, mientras michoacanos, guerrerenses y tamaulipecos ya no sienten lo duro sino lo tupido en materia de inseguridad y violencia del crimen organizado.
¿Y el gobernador del Estado de México, apá? Preguntan algunos. Sí, ya sabemos que Eruviel Ávila tampoco canta mal las rancheras en el penoso tema de la ineptitud política, y que podría hacer un bonito cuarteto con Aguirre, Figueroa y Torre, (una especie de “Banda de los Cuatro”), responde el observador alarmado, pero todavía hacen falta algunas docenas de muertitos en el Estado de México para que su “gobernador” se acerque al Récord Guinness de sus homólogos. Además, de algo tendrá que servirle a Eruviel el paisanaje con su antecesor, agrega. Bueno, cada día que pasa está más cerca del mencionado récord, ¿eh?, tercian los habitantes de “Nezayork”, Cuautitlán, Ecatepec, Tultitlán… Y en cuanto al paisanaje, dicen los malosos que le tienen una “bien guardadita”.
¿Y el gobernador de Morelos, amá? ¿Y el de Puebla? ¿Y el de…? ¡A esos también les va a llegar su capillita, hijito!
AGENDA PREVIA
El líder de los diputados del PRI en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones, está convencido de que en los periodos extraordinarios que se convoquen para concretar las leyes secundarias de las reformas constitucionales en materia político-electoral, de telecomunicaciones y de energía, los grupos parlamentarios llegarán con amplios consensos. De lo que se trata, subrayó, es asegurar la solidez de las reformas para modernizar el régimen político y consolidar las expectativas de un mayor crecimiento y empleo en el país. ¡Urge Manlio, urge!