San José. El centro-izquierdista Luis Guillermo Solís juró hoy como mandatario de Costa Rica, en una ceremonia en el Estadio Nacional en la que prometió un diálogo abierto con todos los sectores y luchar contra la corrupción y la desigualdad.

 

Solís, quien sucede en el poder a Laura Chinchilla, fue juramentado por el presidente de la Asamblea Legislativa, Henry Mora, quien como él pertenece al Partido Acción Ciudadana (PAC).

 

Tras recibir la banda presidencial, Solís llamó a toda su familia a que subiera a la tarima, incluida su esposa, la española Mercedes Peñas, y su padre Freddy Solís.

 

Posteriormente pronunció un discurso en el que prometió combatir la desigualdad social y la corrupción, y abrir un diálogo con todos los sectores del país, pues considera que ese es el mandato que le dio la gente.

 

“Convoco a un espíritu negociador con respeto para alcanzar el desarrollo que anhelamos. Un diálogo fecundo basado en la transparencia”, expresó Solís en su primer discurso presidencial.

 

Agregó que “ese diálogo incluso bajo las mejores circunstancias no dará resultado si quienes lo emprendan no están dispuestos a mirar hacia el futuro”.

 

Solís afirmó que al estar representados en el Congreso nueve partidos políticos, sin una mayoría contundente para ninguno, es una obligación buscar acuerdos “transparentes” para luchar contra la corrupción, mejorar las finanzas públicas, la educación y la salud.

 

“Creo indispensable que con espíritu generoso y lúcido comprendiendo la situación actual, los grupos de poder acometamos un esfuerzo renovado”, manifestó.

 

El presidente dijo que las instituciones del Estado, organizaciones gremiales, colectivos, poblaciones y movimientos de toda índole, deben contribuir a reducir las desigualdad y construir una economía que genere bienestar para todos.

 

Reiteró su llamado a “negociar de buena fe, superando miedos y con respeto por encima de intereses particulares”, sin caer en ” consensos superficiales alcanzados por dádivas” entre partidos políticos.

 

Solís prometió “transparencia” por parte de su Gobierno que será “una casa de cristal” para que los ciudadanos tengan la posibilidad de fiscalizar sus acciones.

 

Aseguró que trabajará para reactivar el sector agropecuario, la obra pública y para sanear las finanzas del Estado que se han visto afectadas por el déficit fiscal del 5,4 % del Producto Interno Bruto (PIB).

 

“La corrupción está carcomiendo la democracia y quebrando las finanzas públicas. El nuevo Gobierno la combatirá sin desmayo”, expresó.