En su segundo encuentro con Gabriel García Márquez, Celso Piña se armó de valor y le pidió a su ídolo que plasmara su firma en un viejo ejemplar de «Cien años de soledad», que se volvió un objeto tan preciado para el músico, que ahora lo tiene en su sala junto con algunos de sus acordeones más queridos.

 

Como muestra del cariño y la admiración que Piña siente por Gabo — como le llamaban sus amigos y lectores al Premio Nobel de Literatura colombiano— el músico incluyó la canción «Reyna de cumbias» en su nuevo álbum «Acá presente compa», con la que quiso rendir un homenaje póstumo al hombre que lo inspiró por su sencillez e indiscutible talento.

 

«Cuando don Gabriel García Márquez fue a Monterrey, hace más de 10 años, me comentó de algunas cumbias que eran de su agrado, y una de ellas es precisamente ‘Reyna de cumbias’. Después de saberlo, me quedé pensando que para mi próximo disco la grabaría, con músicos invitados o sin ellos», dijo Piña en la Ciudad de México, donde ofreció detalles de la gira internacional con la que presentará en vivo su nuevo trabajo discográfico.

 

La primera vez que el músico regiomontano cruzó palabras con el autor de «Crónica de una muerte anunciada» y «El amor en los tiempos del cólera» fue en 2004, cuando García Márquez asistió a un evento en el Museo de Arte Contemporáneo (MARCO), en la norteña ciudad de Monterrey, para una entrega anual de premios de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, que el escritor y periodista creó junto con su hermano Jaime y el periodista Jaime Abello Banfi.

 

Ahí, ante el asombro de los invitados, Gabo comenzó a bailar a ritmo de la «Cumbia Sampuesana», acompañado de su esposa Mercedes Barcha. Más tarde, el escritor llamó al acordeonista a su mesa y le regaló unas palabras que aún guarda en lo más profundo de su corazón: «Celso eres digno representante de mi folclor, sé siempre hombre de bien y de buena gente».

 

 

Pasaron varios años antes de que Piña se reencontrara con García Márquez, pero cuando por fin sucedió le pidió el autógrafo a su ídolo.

 

En abril pasado, tras enterarse del fallecimiento del autor colombiano, Piña escribió en su twitter su agradecimiento al creador de Macondo y su mágico mundo en Cien años de soledad:

 

“Gracias mi Gabo por hacerme el favor de compartir ese hermoso pueblo que creaste, y por dejarme cantar un pedacito de tus cien años.”

 

El acordeonista regiomontano recordó que fue precisamente con ese libro con el cual tomó afición a la lectura desde 1982.

 

“Me impactó porque me empezó a entrar el gusto por la lectura y la literatura”, agregó.