La palabra “Kaiju”, que en japonés refiera a una bestia extraña, tiene 59 años de historia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón terminó siendo el único lugar en la historia humana que hasta la fecha ha sido golpeado por las bombas atómicas durante la guerra.
Esto sacudió la mente japonesa, de repente, sus ciudades podrían desaparecer de un momento a otro, y las consecuencias de la contaminación radioactiva eran desconocidas, tanto en humanos como en animales.
Las mutaciones fueron una preocupación nacional a partir de 1954.
Y esta conmoción llegó a manos de un joven creador. El tres de noviembre de 1954 Inoshiro Honda estrenó “Gojira”, un kaiju que quemaba todo a su paso con su aliento radioactivo.
El final de la película es un mensaje de oposición a la invención de nuevas armas.