Es la liga del que no quiere, el que no puede y el que ni se enteró que podía. Así se podría describir el cierre de Liga que se avecina en España, con los tres grandes tropezando y luchando por evitar la papa caliente en que, parece, se ha convertido el Alirón. Gigantes otrora destructivos, ayer, Atlético de Madrid (89 puntos) y Barcelona (86 puntos) apenas resoplaron por empatar, mientras el Real Madrid (84 puntos) tiró la Liga con una derrota.

 

Ahora habrá final en el Camp Nou. Y es que los Colchoneros, fiel a su ADN de sufrimiento eterno, no pudieron finiquitar el campeonato en el Vicente Calderón y sólo pudieron igualar a uno ante el Málaga. Un sufrimiento que no se fue a más porque el Barcelona también se atoró con una igualada 0-0 en su visita al Elche.

 

De los Merengues hay poco qué decir. Ni se enteraron de que aún había posibilidades de levantar la Liga y cayeron en su paso por Vigo, ante el Celta por 2-0.

 

Marcadores que dejan la mesa puesta para que el Atlético se juegue dos finales en los últimos 15 días de mayo. La primera la próxima semana cuando se meta a territorio culé con la obligación de no perder para entonces sí, cantar el Alirón, y la otra final, en la Champions League, ante el Real Madrid. Un escenario soñado para los hombres de Simeone, pero sólo si logran salir airosos de ambos duelos.

 

Pero ojo, que el Barcelona mueve más que la cola, para los que lo creían muerto. Estos blaugranas, pese a que el Tata ya tiene finiquito listo, les basta con vencer a los Colchoneros, y empatarlo en 89, para ser campeones, por su mejor diferencia de goles, en una campaña que se decía para el olvido.

 

Éste será el sexto enfrentamiento entre culés y colchoneros esta temporada (dos en Supercopa, dos en Champions y uno en Liga), con récord apenas favorable para los rojiblancos que contabilizan cuatro empates y una victoria.