En la sede perredista suele oírse un lamento:

 

-Ya perdimos a Miguel.

 

Ahí dominan Los Chuchos y son ellos los más afectados porque Miguel Barbosa ha optado por actuar con independencia en el Senado de la República.

 

Independencia es un eufemismo para determinar cómo el coordinador de la bancada del PRD dio la espalda a sus promotores y sigue el juego de Ernesto Cordero.

 

Eso preocupa mucho a la corriente de Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Graco Ramírez, Carlos Navarrete y otros perredistas conocidos porque va en contra de los deseos de la dirección nacional del partido.

 

Inclusive hay arrepentimiento por haberlo proyectado como jefe de fracción.

 

Se la jugaron con él a pesar de su pasado:

 

Barbosa era conocido como compañero de tribu de Carlos Sotelo.

 

Cuando llegó al Senado buscó a Los Chuchos para pedirles su apoyo y estos decidieron dárselo para tener dos leales al frente en ambas cámaras: Silvano Aureoles y Miguel Barbosa.

 

Con Aureoles no hay problema: a pesar de pertenecer al Foro Nuevo Sol, mantiene relación institucional con el partido, cumple los lineamientos y lleva una relación civilizada con sus contrapartes, el priista Manlio Fabio Beltrones y el panista Luis Alberto Villarreal.

 

Pero el segundo…

 

CERCA DE CORDERO Y LEJOS DE LOS CHUCHOS

 

Los primeros problemas surgieron en el periodo extraordinario para la ley reglamentaria de la educación.

 

Aliado abiertamente con el entonces coordinador panista Ernesto Cordero, Miguel Barbosa intentó retrasar la instalación de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

 

En la desesperación y ante la falta de acuerdos, el presidente del Congreso General, Francisco Arroyo Vieyra, dio un golpe de mando: citó a las demás fracciones, consiguió el quórum y trasladó las sesiones al Centro Banamex.

 

Así se superó aquel obstáculo.

 

Pero ahora, cuando varias leyes reglamentarias esperan turno y en ellas figura una muy cara al panismo y al perredismo -la electoral-, Los Chuchos y el PRD no cuentan con Barbosa.

 

Les ha dado la espalda y, para su sorpresa, el coordinador se ha aliado con el ala más radical del perredismo, IDN de René Bejarano.

 

Por ello ha marginado a los senadores de Nueva Izquierda y sus principales operadores son pejistas y bejaranistas: Alejandro Encinas y Dolores Padierna.

 

Esta deslealtad no impedirá, garantizan Los Chuchos, la continuidad del diálogo con el gobierno y la derecha para cumplir los compromisos del Pacto por México.

 

También hay un riesgo: si Cordero vence a Gustavo Madero en la interna del PAN, tal vez Barbosa fortalezca sus alianzas al margen de la estructura del PRD y de Los Chuchos.

 

DIÁLOGO DIRECTO -¿Y ACUERDO?- EN LOS PINOS

 

1.- En Los Pinos están confiados en haber llegado a un acuerdo con la fracción perredista para no frenar más la ley reglamentaria de la reforma electoral.

 

Fue necesario un encuentro del jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño, con el coordinador Miguel Barbosa y, de acuerdo a la versión conocida, éste se mostró muy accesible.

 

-Ha vuelto a ser el buen interlocutor que conocimos -dijo uno de los negociadores gubernamentales.

 

2.- Esperanzado en una nueva actitud, el coordinador priista en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, mostró ayer seguridad de construir acuerdo con los grupos parlamentarios para aprobar los temas pendientes.

 

“Como dijimos en su momento, vamos a legislar sin presiones y sin atropellar los tiempos. Estamos comprometidos a tener buenas leyes que beneficien a la mayoría de los mexicanos”, repitió Gamboa.

 

Y 3.- hace poco más de cuatro años el entonces rector de la Universidad de Guadalajara, Carlos Briseño, se planteó la tarea de regresar a los Leones Negros a la Primera División.

 

Luego se enfrentó a Raúl Padilla, fue destituido como rector y más tarde encontrado muerto.

 

No vio el éxito de este proyecto “para dar presencia nacional deportiva a nuestra universidad”, como me dijo entonces.