En esta historia del doctor José Manuel Mireles -considerado hasta hace una semana vocero y uno de los principales líderes de las autodefensas en Michoacán- hay cosas realmente inquietantes:
-Una, el momento en que se convierte en un indeseable (para las autoridades federales y particularmente para el comisionado Alfredo Castillo) y vuelve a ser destituido como vocero.
-Otra -y quizás la más grave-, el tachar de “loco” a Mireles. Pero no meramente como una expresión coloquial, sino apuntando a la necesidad de que requiere tratamiento psiquiátrico en serio; que debe ser tratado por un médico o una institución psiquiátrica ya que, dicen, luego de su accidente “no quedó bien”.
Con estos dos ingredientes comenzó la “persecución” -así la califica el propio Mireles- contra el presidente del Consejo de Autodefensas de Tepalcatepec. En unos cuantos días pasó a ser señalado como presunto asesino de cinco personas en La Mira, una comunidad de Lázaro Cárdenas.
“Inclusive hay testimoniales en donde el primero en llegar, antes que todos los demás a ese punto, es el doctor Mireles. Hay fotografías de él sosteniendo alguna cabeza como trofeo de uno de estos muertos”, declaró el comisionado para la Seguridad, a sabiendas del peso de sus palabras.
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UNA REUNIÓN Y UN VIDEO.- ¿Cuál fue el momento en que Mireles fue destituido por segunda ocasión de la vocería de las autodefensas michoacanas?
Apenas unas horas después de la reunión que sostuvo en el Distrito Federal con personajes como el dirigente del movimiento con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia; el primer ex gobernador del PAN, Ernesto Ruffo; la activista y ex candidata panista al DF, Isabel Miranda de Wallace; el general Francisco Gallardo, el empresario neoleonés Javier Garza Lagüera; y el ex presidente municipal de García (NL), Jaime Rodríguez, El bronco.
El momento de su destitución sucedió además unas horas después de que el médico de Tepalcatepec subiera a Youtube un video en el que pidió un diálogo con Enrique Peña Nieto “por Skype”, para darle a conocer lo que ellos (los del pueblo) realmente piensan.
Y de paso acusaba a Castillo de contar cosas que no son ciertas:
“Tus comisionados se toman la foto con nosotros y te la llevan y dicen que todo está en paz. No se puede desarmar a un pueblo por un discurso… Muchas veces no estamos de acuerdo con lo que tu comisionado te informa”, contó.
No pasaron ni 24 horas para recibir la respuesta del comisionado. Se reunió Castillo con algunos de los jefes de las autodefensas y se definió ipso facto la destitución de Mireles.
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TRATAMIENTO SIQUIÁTRICO, CASTIGO A DISIDENTES.- ¿Tratamientos psiquiátricos para combatir y castigar a los críticos y a los disidentes del régimen?
Sí, esa fue una de las más terribles prácticas en la extinta Unión Soviética -principalmente durante los años 60 y 70-, para “quebrar” a aquellos personajes que consideraban “inconvenientes”.
Incluso, todavía el año pasado le aplicaron la receta -tratamiento forzado en un hospital siquiátrico- al opositor Mijail Kosenko, quien participó en los disturbios del 6 de mayo del 2012, en la víspera de la asunción del presidente Vladimir Putin.
Viene a cuento lo anterior por uno de los párrafos que aparecieron en el documento “oficial” que salió de la reunión del comisionado Castillo con los líderes de las autodefensas en la que se definió la destitución de Mireles.
Dice así (y fíjense bien en la sintaxis y en lo extraño de ésta, cómo de repente parece que el que escribe sabe de redacción y ortografía y cómo de pronto resulta que no tiene ni idea):
“Le pedimos al gobierno federal que le realice atreves del sector salud los estudios necesarios de tipo sicológico o de tipo mental porque consideramos que el después del asid ente aéreo que tuvo que do mal de sus facultades mentales a nuestro amigo el Dr mireles”.
Imposible no sobresaltarse ante ese tufo que desprende la reacción de las autodefensas (¿y/o de Castillo?) a las más aberrantes prácticas que se aplicaban en la URSS a la gente “inconveniente” en la era post Stalin
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