Mientras los medios se asfixiaban con la violencia reactivada en Tamaulipas y Michoacán, con los pleitos políticos en los partidos y con la agobiante negociación de las leyes secundarias, el gobierno federal implementó una nueva estrategia de seguridad dentro de la nueva estrategia de seguridad.
En dos ediciones del Diario Oficial de la Federación el miércoles 30 de abril publicó 11 programas 2014-2018 referidos directa e indirectamente a la inseguridad y que implicaron la reordenación de la estrategia general de lucha contra la delincuencia:
1.- Programa para la Seguridad Nacional.
2.- Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
3.- Programa Integral para la Igualdad y la No Discriminación.
4.- Programa Nacional de Derechos Humanos.
5.- Programa Especial de Migración.
6.- Programa Nacional para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos delitos.
7.- Programa Nacional de Seguridad Pública.
8.- Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia.
9.- Programa Nacional de Desarrollo Social.
10.- Programa Nacional de la Juventud.
11.- Programa Nacional México sin Hambre.
El común denominador de estos programas se localiza en la articulación de una estrategia gubernamental federal para atacar desde diferentes perspectivas el asunto de la inseguridad, la delincuencia y la violencia criminal. El punto central se localiza en tres temas para abordar la inseguridad y la violencia:
1.- Como tema de seguridad nacional y seguridad interior.
2.- El desarrollo como vacuna estructural contra la delincuencia.
3.- La atención del Estado a la pobreza, la marginación y el desempleo.
En teoría, los nuevos 11 programas tienden a reforzar la acción del Estado en la restauración de los tejidos sociales y políticos por la vía de la articulación de acciones diversas. En este sentido, la nueva estrategia en el 2014 de la nueva estrategia definida en diciembre de 2012 estaría reconociendo la insuficiencia del enfoque policiaco y de seguridad a un problema de desarticulación del acuerdo social para el desarrollo.
De todos los 11 programas, la matriz central de la nueva estrategia estaría en el Programa para la Seguridad Nacional porque enfoca el problema de seguridad como un asunto de desarrollo y bienestar, como el factor de cohesión nacional. La clave se localiza en la definición del concepto de seguridad interior en el Programa:
“La seguridad interior debe ser entendida como una función política que, al garantizar el orden constitucional y la gobernabilidad democrática, sienta las bases para el desarrollo económico, social y cultural de nuestro país, permitiendo el mejoramiento de las condiciones de vida de su población”.
Así, crecimiento económico y bienestar social dependen y llevan a la estabilidad social y política por encima de las acciones del crimen organizado. El modelo de seguridad nacional definido por el programa se basa, como punto principal, “en el proyecto de nación definido por nuestra Constitución”.
La estrategia de seguridad contra el crimen organizado definida por el gobierno de Calderón se agotó en el envío de fuerzas federales; ahora, con 11 programas integrados alrededor de la relación desarrollo y bienestar/inseguridad y violencia, se pasa a una concepción de la criminalidad dentro de la política de desarrollo. Ahora debe venir la decisión política y de Estado para aplicar enérgicamente la estrategia en el corto plazo.