BERLÍN. En una comparecencia ante los medios y tras reunirse en Berlín con dirigentes de las principales organizaciones multilaterales, la jefa del Gobierno alemán, Angela Merkel, dijo que las consultas del pasado domingo en las regiones de Donetsk y Lugansk no son relevantes.

 

“Los resultados no me interesan mucho porque los referendos son ilegales”, zanjó la canciller al ser preguntada al respecto.

 

A su juicio, lo crucial para Ucrania son las elecciones presidenciales que tendrán lugar el 25 de mayo.

 

Su esperanza es que esos comicios sean “representativos” y sus resultados sean “reconocidos por todos”, en clara referencia a Moscú.

 

“Trabajamos para que estas elecciones se celebren. Pedimos a todos que realicen su contribución. También a Rusia”, aseguró.

 

Atentado

 

El gobernador popular de la autoproclamada “república popular de Lugansk”, Valeri Bolótov, resultó herido en un atentado, informó al diario digital ruso Life News.

 

“Está herido y ha sido ingresado en una clínica privada (…) No se puede acceder a él”, explicó Nikitin, que no aclaró las circunstancias del atentado ni tampoco de qué manera fue herido Bolótov.

 

Aseguró que el autoproclamado líder de Lugansk, región limítrofe con Rusia que declaró el lunes su independencia de Ucrania, ha perdido mucha sangre pero que su vida no corre peligro.

 

Por otra parte, Rusia exigió la inmediata aplicación del plan de la OSCE para el arreglo de la crisis ucraniana, que pasa por el fin de la ofensiva de Kiev en las regiones prorrusas, al tiempo que anunció medidas contra EU en el ámbito espacial, en aparente represalia a las sanciones internacionales contra Moscú.

 

“Consideramos de excepcional importancia que se lleve a la práctica cuanto antes la hoja de ruta” de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). La disposición sobre el cese de la fuerza” por parte de Kiev “es clave”, señaló el Ministerio ruso de Exteriores en un comunicado.

 

La Cancillería hacía referencia al acuerdo alcanzado la semana pasada en Moscú entre el presidente de turno de la OSCE, Didier Burkhalter, mediador en la crisis ucraniana, y el presidente ruso, Vladímir Putin, para tratar de poner fin a la escalada de la tensión en el vecino país.

 

Dicho plan establece también la retirada de las tropas ucranianas de las regiones rebeldes del sureste de Ucrania, el desarme de todos los grupos armados irregulares y la celebración de un diálogo nacional que permita a la minoría rusófona del país defender sus intereses.

 

El compromiso alcanzado llevó a Putin a declarar, por primera vez, que las próximas elecciones presidenciales del 25 de mayo en Ucrania son “un paso en la buena dirección” así como a distanciar a Moscú de los referendos de independencia celebrados en las regiones de Donetsk y Lugansk el domingo pasado.