NUEVA YORK. Los organizadores sindicales intensificaron la presión sobre McDonald’s y otras cadenas de restaurantes de comida rápida el jueves para exigir mejoras salariales con protestas y paros laborales en más de 30 países.
Las manifestaciones continúan una campaña sindical para llamar la atención sobre la situación de los trabajadores con paga mínima y buscar el apoyo público a un salario de 15 dólares la hora.
Grupos de la industria dicen que dichos aumentos perjudicarían su capacidad de crear empleos y se han preguntado cuántos de los manifestantes son trabajadores en vez de sindicalistas o sus partidarios.
Las medidas son respaldadas por la Unión Internacional de Empleados de Servicios y comenzaron en la ciudad de Nueva York a fines del 2012. Desde entonces, los organizadores han intensificado paulatinamente sus acciones para mantener la cuestión en el candelero.
En marzo, por ejemplo, demandas interpuestas en tres estados acusaron a McDonald’s de negar recesos a los trabajadores, además de paga por tiempo extra y otras prácticas que a su juicio los privaron de sus salarios justos. Los organizadores sindicales remitieron a los trabajadores a abogados, que anunciaron protestas por el “robo salarial” para la siguiente semana.
Los organizadores informaron que trabajadores se fueron a huelga en 150 ciudades en Estados Unidos el jueves, incluyendo 20 en un restaurante en San Luis que tuvo que cerrar temporalmente como resultado. Pero la participación en las protestas ha variado mucho en Estados Unidos y el alcance de las acciones planeadas en otros países también fue distinto dependiendo el país.
En Dinamarca, por ejemplo, la trabajadora de McDonald’s Louise Marie Rantzau dijo que el plan era tomar una fotografía frente a un local de Burger King u otra cadena de comida rápida para cargarla en redes sociales. Rantzau, que gana el equivalente a 21 dólares la hora, dijo que un acuerdo colectivo con McDonald’s en ese país impide a los trabajadores protestar.
Imágenes en redes sociales mostraron a trabajadores protestando en lugares como Dublín, Irlanda, y Sao Paulo, Brasil.
En Nueva York, un par de centenares de manifestantes tocaron tambores, soplaron silbatos y cantaron bajo la lluvia frente a un local de Domino’s durante media hora. Entre los que pronunciaron discursos había legisladores, líderes comunitarios y trabajadores de restaurantes.
“Las corporaciones pueden ganar dinero —millones y miles de millones de dólares. Nosotros deberíamos ser capaces de tener un salario decente para atender a nuestras familias”, dijo Sheila Brown, madre de cuatro y empleada de un KFC.
En Filadelfia, Justice Wallace, de 19 años, dijo que gana 7. 50 dólares la hora y se fue a huelga porque pretende ganar 15 dólares la hora y ser sindicalizada. “Es un salario de pobreza. No podemos vivir de él”, aseguró.
Aunque muchos clientes dijeron no estar al tanto de las protestas, la campaña ha captado la atención de la prensa nacional en momentos en que se ensancha la brecha entre ricos y pobres y que las compensaciones a los ejecutivos han sido objeto de mayor escrutinio.
También se producen en momentos en que el presidente Barack Obama se esfuerza por elevar el salario mínimo a 10.10 dólares la hora. El salario mínimo actual de 7,25 dólares la hora se traduce en aproximadamente 15, 000 dólares anuales, asumiendo que se trate de un empleado que labore 40 horas semanales.
Pero los trabajadores de las cadenas de restaurantes de comida rápida son difíciles de sindicalizar debido a que muchos trabajan a tiempo parcial o son adolescentes que no se quedan mucho tiempo en el empleo. Pero los partidarios de la medida dicen que eso está cambiando porque cada vez más personas dependen de este tipo de empleos para mantener a sus familias. La semana pasada, trabajadores y representantes sindicales de Argentina, China, El Salvador, Francia, Irlanda y Gran Bretaña, entre otros países, se reunieron en Nueva York para crear estrategias para el día de acciones a nivel mundial.
McDonald’s, que tiene más de 35, 000 restaurantes en el mundo, dijo en un comunicado que el debate salarial debe tener en cuenta “la naturaleza altamente competitiva de las industrias que emplean a trabajadores a salario mínimo”