CAROLINA DEL SUR. Blake Wardell Randall, de 25 años, se puso un chaleco antibalas y le pidió a una amiga que le disparara. Como resultado de ese disparo, el joven murió por un balazo en el corazón, informa el diario «Los Angeles Times».
Según informan los medios locales citando a la amiga del fallecido, llamada Taylor Ann Kelly, de 18 años, y acusada de homicidio involuntario, Randall encontró el chaleco en un garaje de su vivienda y quiso probarlo. Sin embargo, la bala atravesó las capas de protección y entro justo en su corazón.
La bala se perdió en el revestimiento protector, golpeando justo en el corazón de Wardell. «La bala pasó por el borde superior del material. Se perdió el chaleco,» dijo la teniente Sheila Cole, portavoz del Departamento del Sheriff del Condado de Anderson al diario estadounidense.