El negocio de las impresoras 3D será uno de los que reporte mayores derramas económicas en los próximos 10 años, ya que una de sus variaciones, el 3D bioprinting está atrayendo todas las miradas en la compañía que sea la primera que logre imprimir mediante un archivo CAD u otro que aún no se haya inventado, un órgano humano o un tejido que pueda ser empleado para sustituir un órgano humano con los mejores resultados.

 

“Todavía no vamos tan avanzados, pero para lo primero en lo que se va a utilizar es para implantes estéticos”, explicó a 24 HORAS Víctor Gutiérrez presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y de las Tecnologías de la Información (Canieti).

 

Esta industria, en sus primeras fases ya está dando soluciones a implantes reconstructivos, auxiliando a las víctimas de accidentes que necesitan la reconstrucción de sus órganos externos, como huesos faciales, ojos y nariz.

 

Estos avances ya se están aplicando en cirugías reconstructivas.

 

El Reino Unido se convirtió en uno de los pioneros mundiales a la hora de utilizar tecnología con impresión 3D en cirugías, con avances de gran importancia realizados en Londres y Newcastle.

 

Después de estos trasplantes, la próxima frontera será la impresión de órganos, lo que científicos consultados por The Economist califican como la próxima frontera.

 

“Hasta ahora, los cirujanos han sido capaces de implantar una variedad de tejidos planos, tubulares y huecas ingeniería genética en los pacientes, incluyendo la piel , cartílago y músculo. Dr. Atala también ha implantado con éxito vejigas y uretras cultivadas en laboratorio en los pacientes jóvenes. Pero los órganos sólidos son otra cosa. “Eso, dice, es realmente la próxima frontera”, explica la publicación.

 

De acuerdo con el reporte llamado “3D printing for healthcare: R&D, Industria y Mercado 2014 – 2024”, las ganancias de este mercado en el 2018 será de cuatro mil 43 millones de dólares en el 2018.

 

Esta oportunidad de mercado, explica el documento, proviene de las necesidades de dispositivos médicos, diagnósticos y productos farmacéuticos que podrían ampliar sus resultados mediante el uso de tecnologías de fabricación con métodos de impresión 3D.

 

Las ganancias provenientes del desarrollo de este tipo de tecnologías beneficiarán a 11 países durante los próximos 10 años:

 

Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España; Brasil, Rusia, India y China (los BRIC).

 

Este beneficio es porque en estos países se encuentran las regiones con ingresos más altos, así como la demanda y el potencial para su producción.

 

Entre las empresas que en este momento tienen en su radar el desarrollo e inversión en tecnología 3D son Sony, DADC, Deloitte, Lexmark y Pfizer.