El editor del diario estadunidense The New York Times, Arthur Sulzberger, afirmó en una entrevista publicada hoy por la revista Vanity Fair que planeó una salida “más amistosa” de la ex directora del rotativo Jill Abramson, despedida la semana pasada, pero que ésta se negó.
En la primera entrevista que concede desde el despido de Abramson, Sulzberger declaró también que si tres años atrás, cuando eligió a la periodista para encabezar el periódico, hubiera sabido lo que sabe ahora, no la habría nombrado a ella.
La abrupta salida de Abramson, que llevaba tres años dirigiendo el diario neoyorquino, y las posteriores informaciones publicadas al respecto han provocado una polémica en Estados Unidos y han avivado el debate sobre la discriminación salarial por razón de sexo.
La empresa, sin embargo, alegó discrepancias sobre el modo de gestión a la hora de sustituirla por su adjunto, Dean Baquet, en un comunicado que fue cuestionado por su vaguedad y frialdad.
“Originalmente lo redactamos todo para que fuera muy amistoso”, explicó Sulzberger en Vanity Fair, y añadió que “Jill (Abramson) dijo no” a ese borrador, porque no quería disimular con palabras amables una situación conflictiva.
“No es que quisiéramos herirla. No… Mi esperanza era que Jill pudiera hacer que esto pasara tan pacíficamente como fuera posible”, señaló el propietario del periódico.
Abramson manifestó este lunes, en su primera comparecencia pública tras su despido, en una ceremonia de graduación universitaria, que “perder un empleo que amas duele”.
Sulzberger admitió que, bajo la dirección de Abramson, el rotativo neoyorquino había mejorado periodísticamente, pero afirmó que los reporteros acudieron a él “preocupados” por su forma de dirigir el diario y que la relación de Abramson con Baquet y el resto de la directiva estaba “crispada”.
Preguntado si, de saber lo que sabe ahora hubiera actuado diferente en 2011, cuando tuvo que elegir entre Baquet y Abramson tras la renuncia del entonces director del diario, Bill Keller, el editor reconoció: “Por supuesto que lo hubiera hecho de otra forma”.
Asimismo, el editor de The New York Times insistió en que no hubo discriminación en el despido de Abramson y recalcó que las informaciones que están publicando los medios estadounidenses que vinculan su salida del diario con reclamaciones de una mejora de sueldo para equipararlo al de su predecesor son “mentiras”.