PEKÍN. China acusó a Estados Unidos de actuar con “arbitrariedad e hipocresía” por culpar al ejército chino de actividades de espionaje industrial, cuando, según Pekín, es Washington el que ha llevado a cabo “actividades a larga escala de robo de datos cibernéticos y vigilancia”. Adicionalmente, el gobierno chino prohibió a los burócratas el uso de Windows 8.
“China es víctima de graves ciberataques lanzados desde EU”, aseguró el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hong Lei, quien pidió el fin de ese espionaje.
“El gobierno y el ejército chino jamás han estado involucrados en ningún ataque cibernético o en presuntos robos de secretos comerciales”, aseguró Hong, al afirmar que “por el contrario, es EU el que ha llevado a cabo labores de vigilancia y escuchas contra empresas, instituciones e individuos de China”.
Similares argumentos utilizó el adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores Zheng Zeguang en su reunión con el embajador estadunidense en Pekín, Max Baucus, quien fue convocado de urgencia por China la pasada madrugada.
“Las acusaciones contra el personal chino carecen de fundamento y son malintencionadas”, señaló Zheng al jefe de la legación estadunidense, a quien señaló que Washington “debe a China y al mundo una explicación por sus propios comportamientos”.
Zheng y Hong aludían al caso Edward Snowden, el extécnico de la CIA que en mayo del año pasado destapó, tras refugiarse en la región especial china de Hong Kong, la red de espionaje estadounidense a usuarios de internet de todo el mundo.
De hecho, las acusaciones iniciales de espionaje cibernético lanzadas por EU contra China, en febrero del pasado año, se diluyeron tras la aparición del caso Snowden, ya que ambas partes reconocieron entonces un problema mutuo y la necesidad de cooperar conjuntamente en materia de seguridad cibernética.
Por otra parte, el Gobierno chino anunció que prohibirá el uso de Windows 8, el más reciente sistema operativo de Windows, “como medida para garantizar la seguridad”, informó la agencia oficial Xinhua.
La decisión ha sido tomada por el Centro de Adquisiciones del Gobierno Central a raíz de la gran renovación de equipos informáticos que las instituciones chinas deben emprender tras la “jubilación” del sistema Windows XP, que era ampliamente usado por los ordenadores del país asiático.
Todos los ordenadores de mesa, portátiles y tabletas deberán contar con un sistema operativo distinto a Windows 8, señala el comunicado, en el que se especifica que los ordenadores privados no están afectados por esta normativa.
En China entre un 60 y un 70 por ciento de computadoras -las cifras varían según diferentes estudios- aún usan XP, muy por encima del porcentaje mundial, de en torno al 27 por ciento.