SHANGHAI. Mientras Occidente lo aísla por su política en Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin recibió un impulso diplomático en su visita oficial a China en donde espera aumentar los acuerdos comerciales de su país con Asia.

 

Putin se reunió el martes con el presidente chino Xi Jinping al inicio de una conferencia de dos días sobre seguridad en Asia que se lleva a cabo en Shanghai.

 

Ambos gobiernos negocian un acuerdo multimillonario de venta de gas ruso a China y autoridades señalan que éste puede ser alcanzado durante la visita de Putin.

 

El acuerdo significaría una victoria económica y política para Moscú en momentos en que Washington y la Unión Europea le han impuesto sanciones como la congelación de bienes y suspensión de visas a decenas de funcionarios rusos y directivos de compañías.

 

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jacob Lew, pidió a China durante su visita de la semana pasada que no tomara medidas que permitieran a Rusia aminorar el impacto de las sanciones. Sin embargo, funcionarios estadunidenses han reconocido la necesidad de China por contar con energéticos.

 

El acuerdo para enviar gas siberiano al noreste de China ayudaría a Rusia a diversificar sus rutas de exportación más allá de Europa. Ta,bién aliviaría la escasez de gas en China y su gran dependencia del carbón.

 

Putin dijo a periodistas chinos antes de la visita que la cooperación con China estaba en su punto más alto.

 

“China es nuestro amigo confiable. Aumentar la cooperación con China sin duda es una prioridad diplomática”, dijo Putin de acuerdo con la agencia oficial china Xinhua.

 

Xi y Putin inauguraron los ejercicios militares conjuntos entre las marinas de ambos países en la parte norte del Mar del Este de China.

 

Ambas naciones desarrollaron una sociedad estratégica a partir del derrumbe de la Unión Soviética en 1991, lo que incluyó el refuerzo de los vínculos políticos, económicos y militares debido a su dese común de contrarrestar la influencia de Estados Unidos, especialmente en Asia central.

 

Las conversaciones sobre un contrato de 30 años entre la empresa controlada por el Estado ruso Gazprom y la de propiedad estatal China National Petroleum Corp. Comenzaron hace más de una década.

 

Un acuerdo preliminar que se firmó en marzo de 2013 establece que Gazprom enviaría 38 mil millones de metros cúbicos de gas anualmente a partir de 2018 con una opción de ampliar la entrega a 60 mil millones de metros cúbicos.

 

Los planes establecen que se construiría un gasoducto para unir el noreste de China a una línea que conduce gas desde el occidente de Siberia hacia el puerto de Vladivostok, en el Pacífico.

 

Un acuerdo de gas significaría que China tiene “una alianza de facto con Rusia”, dijo Vasily Kashin, un experto en China en el Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías con sede en Moscú.

 

A cambio, Moscú podría reducir las restricciones a la inversión china y sus exportaciones de tecnología militar, dijo Kashin vía correo electrónico.