Las elecciones europeas se celebraron hoy ensombrecidas por una gran apatía ciudadana en los países del Centro y Este de Europa, donde la abstención fluctuó del 55 por ciento de Austria al insólito 87 por ciento de Eslovaquia.

 

En cinco de los ocho países de la región, Austria, Hungría, Rumanía, República Checa y Eslovaquia, se impusieron los partidos que sostienen a los gobiernos, mientras que en Bulgaria, Eslovenia y Croacia ganaron los opositores.

 

En Austria, los dos partidos de la coalición de Gobierno, el democristianos ÖVP y el socialdemócrata SPÖ, mantuvieron su liderazgo en las urnas, con un 27 y un 24 por ciento, respectivamente, mientras la participación fue del 45 por ciento.

 

Pero el partido ultranacionalista FPÖ, con su mensaje xenófobo y euro-escéptico, fue el gran ganador de la jornada, con una fuerte subida de 7 puntos porcentuales hasta el 19,5 por ciento del voto.

 

En todo caso, en la república alpina un 80 por ciento de los votos fueron para cuatro partidos claramente europeístas.

 

En la vecina Hungría, arrasaron los partidos derechistas y euroescépticos, con el gobernante partido nacionalistas conservador Fidesz, del primer ministro, Viktor Orbán, con más del 51 por ciento de los votos, y el extremista de derechas Jobbik, con el 15 por ciento.

 

En este país centroeuropeo la participación no superó el 30 por ciento.

 

En la República Checa, los dos partidos que sostienen el Gobierno, el populista ANO y el socialdemócrata CSSD, lideran la votación, con en torno al 15 por ciento, similar al opositor y conservador liberal TOP09.

 

La participación apenas superó el 18 por ciento en la República Checa, un nivel solo superior al de la vecina Eslovaquia, donde apenas un 13 por ciento del electorado acudió a las urnas.

 

El gobernante partido socialdemócrata SMER, del primer ministro, Robert Fico, se impuso con un 24 por ciento, mientras, el ultranacionalista SNS se quedó sin representación parlamentaria, lo que podría tener consecuencias para los planes del crear un bloque derechista en la Eurocámara.

 

En Eslovenia arrasaron dos partidos conservadores de la oposición, con un 40 por ciento de los votos, muy por encima del gobernante cuatripartito en funciones.

 

En Croacia, que celebró hoy elecciones europeas por segunda vez en un año tras entrar en julio de 2013 en la UE, triunfó con un 41 por ciento la oposición conservadora del HDZ, y eso a pesar de tener a parte de su anterior cúpula encarcelada por casos de corrupción.

 

En Rumanía, el país más poblado de la región y donde no se conocerán resultados oficiales hasta el lunes por la mañana, las proyecciones señalan que se impuso con claridad el tripartido gobernante del primer ministro, el socialdemócrata Viktor Ponta.

 

En la vecina Bulgaria, el exprimer ministro Boiko Borisov logró una clara victoria con un 33,5 por ciento de los votos, por delante de los socialdemócrata, que obtienen solo un 19,5 por ciento.

 

Ante este triunfo, el líder del partido populista GERB exigió una vez más la dimisión del primer ministro, el independiente Plamen Oreshareski, quien gobierna con respaldo de los socialdemócratas y del partido de la minoría turca.

 

Por su parte, el extremista partido Ataka, que apoya de forma tácita al gobierno, no logró superar el 3 por ciento y se queda fuera de la Eurocámera.