Silvano Aureoles Conejo, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, reconoció que hay riesgos de inseguridad para aquellas personas que transitan por el recinto de San Lázaro, debido a la falta de mantenimiento de las fachadas, “todo lo que tiene que ver con la seguridad se tiene que resolver”, dijo.

 

24 HORAS reveló este lunes que hay riesgo de la “caída de piezas cuyo peso aproximado en lo individual es de 60 kilogramos, exponiendo la integridad física de los legisladores, trabajadores y personas que lo visitan”, citando un informe del Comité de Administración.

 

El perredista afirmó que “sí hay riesgos, claro”, pero acotó que ya está en proceso una revisión puntual del área de Protección Civil de la Cámara, a cargo de Isaac Valencia, para valorar aquellas zonas que implican mayor riesgo.

 

El también líder de la fracción del Sol Azteca descartó que esta situación sea un motivo para los grupos parlamentarios en sostener un cambio de sede próximamente.

 

“Cambiar de sede, impensable, lo que hay que hacer es revisar cuáles son las áreas de mayor riesgo y darles atención. Se tiene que remodelar, reconstruir o arreglar aquellas áreas de riesgo, porque imagínate cambiar de sede ¿cuándo? Si no hemos podido resolver cosas elementales”, dijo.

 

Enlistó el sistema de alumbrado, sonido, elevadores, escaleras, plafones, baños, así como la desnivelación entre edificios, como los problemas más recurrentes que se presentan en el recinto de San Lázaro, y que son alertados por los más de 6 mil empleados aglutinados en este complejo de edificios.

 

Reconoció que las inversiones económicas para sostener los trabajos de mantenimiento son muy grandes, por lo que pidió paciencia para que los legisladores comprueben “que no sean gastos innecesarios”.

 

“Hay que hacerlo con mucho cuidado porque hay mucha sensibilidad en estos temas, pero tampoco quisiera yo ver que un día por un accidente, alguien sufre algún percance, y van a decir es que no atendieron el tema”, señaló al referirse a los trabajos de mantenimiento que hasta han costado más de 170 millones de pesos.

 

Agregó que estará pendiente del dictamen que emita la dirección de Protección Civil para tener “las garantías de que un día de estos no nos va a caer una piedra encima, en el buen sentido de la palabra. Pero sí, es una realidad”.