Debido a la falta de mantenimiento, las diversas fachadas de la Cámara de Diputados se han convertido en un peligro debido a piezas despostilladas y rotas que podrían desprenderse y caer sobre las personas que transitan por el recinto legislativo, para lo cual se ha dado mantenimiento a San Lázaro desde diciembre pasado.

 

“La caída de piezas se representa (sic) de manera compulsiva, adicionalmente al riesgo de la eventual caída de piezas, cuyo peso aproximado en lo individual es de 60 kilogramos, exponiendo la integridad física de los legisladores, trabajadores y personas que lo visitan (el recinto”, afirma un informe del Comité de Administración de la Cámara de Diputados, del que 24 HORAS tiene copia.

 

“Falta de plafón, problemas de humedad y salitre, que pueden provocar desprendimientos de piezas, ventilas y elementos de extracción no modulados, juntas constructivas mal logradas, con materiales incorrectos y sin supervisión adecuada”, detalla el informe.

 

Aunado a esto, el documento hace referencia al “comportamiento de las cimentaciones de los edificios del Palacio Legislativo” que “rebasan en alguna de sus aristas los desplomes máximos admisibles del reglamento actual”.

 

Ante está situación, con base en un dictamen emitido por el despacho Ramírez Vázquez y Asociados (el mismo que construyó el recinto), las autoridades de la Cámara de Diputados y del Instituto Nacional de las Bellas Artes (INBA) recomendaron llevar a cabo obras de mantenimiento.

 

Entre los trabajos para los ocho edificios que componen el recinto de San Lázaro, la firma propuso el cambio de piedra en la composición de las fachadas, que implica sustituir 34 mil metros cuadrados de cantera y tezontle por pedrusco aligerado, esto debido a su buena resistencia térmica y acústica.

 

“El peso que le confieren a los edificios del Palacio Legislativo estas grandes secciones de cantera natural, que tienen espesores de hasta tres y media toneladas, aceleran los procesos de hundimientos diferenciales que presentan los inmuebles”, asegura el informe.

 

“Estimando que al retirar estas secciones y sustituirlas con sistemas de fachadas naturales aligeradas, retirará un peso de 2,300 toneladas aproximadamente, lo que alentará los procesos de hundimiento”, señala el documento.

 

Además, asegura que existen “fallas en las canaletas de agua pluvial que se encuentran en estado deplorable, existe inconsistencia en los acabados, que las piezas del recinto se encuentran despostilladas o rotas, despieces de grandes formas y tamaños en grandes zonas, múltiples macetones con graves roturas, la desnivelación de la plaza impide su uso por personas con discapacidad”.

 

Debido a este problema, los grupos parlamentarios del PRI, PAN, PRD y PVEM en San Lázaro autorizaron 130 millones de pesos, como monto “aproximado”, para contratar al despacho para realizar las obras de mantenimiento requeridas.

 

Durante la primera fase, que comenzó hace unos meses, se han realizado trabajos como nivelación, demoliciones, acarreo en carretillas, suministro y colocación de piedra, así como la reposición de piezas deterioradas, todo ello por una suma de aproximadamente 51.8 millones de pesos.

 

Esta primera fase dio inicio en diciembre pasado y deberá concluirse, según el proyecto original, al finalizar el mes de mayo.

 

Entre los legisladores que autorizaron este acuerdo aparecen las firmas de Guillermo Sánchez (PRD), Manuel Añorve (PRI), José Martín López (PAN) y Enrique Aubry Castro (PVEM), excluyendo a los representantes del PC, MC y Panal.

 

El recinto de San Lázaro fue desarrollado en la década de los ochenta por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (1919-2013), quien fungió como secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas entre 1976 y 1982, durante la administración del ex presidente José López Portillo.

 

En su amplio repertorio de contribuciones sobresalen la edificación de la nueva Basílica de Guadalupe, el Museo Nacional de Antropología e Historia, y el Estadio Azteca.