MADRID. Los socialistas españoles celebrarán un congreso extraordinario para elegir a un nuevo líder tras el acusado descenso de resultados en las elecciones europeas del domingo, mientras que el gobernante PP (centroderecha) defendió que, pese a su propio bajón, no hay que dar por acabado el modelo bipartidista.

 

Al día siguiente de los comicios europeos los diferentes partidos analizaron los resultados y sacaron su conclusión en frío, después de que la jornada deparara una nimia victoria del PP (26%), seguido del PSOE (23%), aunque con un descenso superior en quince puntos en ambos casos respecto a las elecciones de 2009.

 

Ese alejamiento de los ciudadanos de los dos grandes partidos tradicionales ha sido aprovechado por fuerza minoritarias, como Izquierda Unida y los liberales centristas de UPyD y en especial por un partido creado hace un par de meses, Podemos, que recoge los planteamientos de quienes en 2011 ocuparon calles y plazas de España para exigir otro modo de hacer política.

 

La primera conclusión de las elecciones la ha adoptado el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien ha anunciado la convocatoria de un congreso extraordinario para elegir una nueva dirección, al asumir la responsabilidad de la derrota, aunque él ya era cuestionado antes de los comicios por una parte de su formación.

 

A pesar de que la izquierda en su conjunto ha tenido una amplia presencia en las urnas y que el PP ha bajado notablemente los socialistas han sido incapaces de capitalizar ese movimiento, lo que ha llevado a Rubalcaba a la retirada.

 

Dentro de ese segmento ideológico, Izquierda Unida – tercera fuerza con casi el diez por ciento de los votos – hizo un llamamiento a la confluencia de toda la izquierda política, social y cultural, incluido Podemos, para construir un nuevo país que rompa definitivamente con el bipartidismo.

 

El llamamiento del cabeza de lista de IU en las elecciones, Willy Meyer, no oculta que, con cerca del ocho por ciento de los votos, Podemos le ha superado en varias regiones, incluida la de Madrid.

 

La cara visible de Podemos es Pablo Iglesias, un profesor universitario habitual de tertulias políticas en televisión, quien ayer dijo que la fuerte caída del PSOE en las elecciones se debe a que las “élites de la cúpula” del partido “han traicionado a buena parte de sus votantes”, que le han dado la espalda en las urnas.

 

También el PP reunió a su Comité Ejecutivo para analizar los resultados y varios dirigentes han abogado por realizar una reflexión profunda tras los comicios, en especial por los apoyos perdidos, pero también por explicar a los ciudadanos que desde el Gobierno han tenido que adoptar decisiones difíciles e impopulares para hacer frente a la crisis.

 

Sin embargo, el cabeza de lista del PP al Parlamento Europeo, Miguel Arias Cañete, ha dicho que él sería más prudente a la hora de pedir “el certificado de defunción del bipartidismo” y ha agregado que su adversario “no era el PSOE sino la abstención”, que ha sido superior al 54 por ciento.

 

Los comicios han puesto sobre la mesa otro debate, el del encaje de los nacionalistas catalanes en el Estado español.

 

En Cataluña el partido más votado ha sido ERC, que defiende abiertamente la capacidad de decidir acerca de la soberanía de ese territorio respecto a España y que considera que los resultados fortalecen ese proceso.

 

El partido que gobierna la región, CiU (nacionalistas de centroderecha) se ha visto superado en votos, pero ha apelado al Gobierno central a que “mueva ficha” tras el triunfo en las elecciones europeas de ayer de las fuerzas que apoyan la consulta sobre la eventual independencia prevista para el 9 de noviembre y rechazada por ilegal por PP y PSOE.