En la sociedad latinoamericana madura la conciencia de que “el mundo esta en un momento crítico” desde el punto de vista medioambiental, afirmó hoy Matías Azún, director ejecutivo de Greenpeace en Chile.

 

Azún, psicólogo con maestría en sociología, adquirió notoriedad en Chile con la creación de la llamada “República Glaciar”, a partir de la defensa de los glaciares en territorio chileno amenazados por la industria minera.

 

La creación de la “República Glaciar” tuvo como objetivo la defensa de los glaciares chilenos, que constituyen el 82 por ciento de la superficie de esas masas de hielo de América Latina, develando que en el país no hay una legislación que los proteja.

 

“Los análisis de las organizaciones internacionales, establecen que el mundo esta en un momento crítico, porque el uso que le estamos dando al mundo no nos esta permitiendo, mantenerlo”, expresó.

 

“Eso es algo que en América Latina, evidentemente, se demuestra, y dada la historia de la región tiene mucho que ver con la forma en que hemos administrado los territorios”, indicó.

 

Hoy día es mucho más probable, agregó, “que uno esté al lado de un río privatizado, viva al lado de una central termoeléctrica o sea afectado por el tránsito de camiones que llevan semillas transgénicas”.

 

“En términos generales, a mi me parece que el proceso de desarrollo de América Latina, deja poco espacio a la naturaleza y ha intervenido los recursos naturales con industrias que son intensivas en el uso del territorio”.

 

Azún señaló, como un ejemplo que confirma su preocupación por el medio ambiente y el modelo de desarrollo en la región, las contradicciones entre Argentina y Uruguay por una industria papelera.

 

Otro punto de confrontación es, indicó “cuando la Amazonía está intervenida por 40 proyectos distintos -carreteras, desarrollo inmobiliario, extracción de combustibles fósiles o deforestación, para una creciente industria automotriz en Sao Paulo”.

 

Esta situación ha generado un momento histórico en el que se demuestra que necesariamente hay que regular y modificar los parámetros productivos de las distintas industrias, apuntó.

 

El tema es que, señaló Matías Azún, “con o sin movimiento social igual nos tendríamos que hacer cargo de la contaminación de los ríos, de la calidad del aire, de la saturación de los glaciares, de la entrega de los derechos de agua, de la calidad del mar”.

 

Tenemos que hacernos cargo, agregó, de “un modelo de desarrollo de la agricultura con o sin transgénicos, de que nos vamos a quedar sin glaciares o de que se están derritiendo los hielos del Artico”.

 

Frente a ello surgen, dijo, dos tipos de actores sociales activos, los ecologistas, conscientes, más duros, pero también una enorme cantidad de gente que dice “algo esta pasando, yo quiero tomar una posición en esto. Como vamos, no vamos bien”.

 

Y como consecuencia de esta toma de conciencia en la sociedad, el tema y los criterios medioambientales se instalan en la escena política chilena, señaló.

 

Esto explica, concluyó, la mención del tema de los glaciares y la declaración de que el agua es “un bien nacional de uso público” en el mensaje al país, de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, el pasado 21 de mayo.