JARTUM. La doctora sudanesa Mariam Ishaq, que fue condenada a muerte el pasado 15 de mayo por convertirse al cristianismo, dio hoy a luz a su segundo hijo en el hospital de la prisión donde se encuentra recluida a la espera de su ejecución.
Su primer hijo, de dos años de edad, vive con ella también en prisión.
La justicia sudanesa ofreció dos años a Ishaq para amamantar a la recién nacida antes de que sea ejecutada.
El abogado expresó su esperanza de que la pena capital sea conmutada por una condena menor, ya que, según él, hubo muchos defectos de forma en el proceso.
Ishaq fue condenada a muerte por un tribunal sudanés el pasado 15 de mayo acusada de conversión al cristianismo, algo que rechazó la joven en tanto en cuanto aseguró que nunca ha profesado el islam.
Afirmó que su padre, que era musulmán, se divorció de su madre al tener ella seis meses de nacida.
La tradición islámica designa automáticamente a los hijos de varones musulmanes como seguidores también de esta religión.
Además, Ishaq negó haber mantenido una relación ilegal con otro hombre distinto a su marido.
Sin embargo, el tribunal no reconoció el matrimonio celebrado con su esposo Daniel Wany en 2011.
El tribunal recordó que la legislación sudanesa -que toma la “sharía” (ley islámica) como fuente principal del derecho- prohíbe la conversión del islam al cristianismo (dado que en esos términos se considera apostasía) y que, por tanto, la acusada cometió adulterio al ser “nulo” su matrimonio como cristiana.
Ishaq fue denunciada por sus hermanos, que la acusaron de renunciar a la religión musulmana y de abandonar hace ocho años el hogar familiar en Al Qadarif, en el este de Sudán.