El programa MiCompu.Mx “resultó ser un gran negocio para un particular y un gran fracaso para la Secretaría de Educación Pública (SEP)”, acusó el legislador Juan Pablo Adame, al tiempo de señalar fallas en el sistema operativo y hasta el empeño de los equipos.
El también presidente de la comisión Especial de Agenda Digital y Tecnologías de la Información de la Cámara de Diputados, recordó que dicho programa previó entregar durante una primera etapa, en el presente ciclo escolar, 237 mil equipo de cómputo a estudiantes de quinto y sexto grado de primaria.
Sin embargo, el diputado señaló que “se ha documentado que hay grupos donde hasta tres o cuatro niños hacen uso de un mismo equipo por la mala calidad de los materiales y por fallas en el sistema operativo”, en diversos centros educativos del país.
Y reveló que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) rescató al menos un total de 30 equipos que se ubicaban en diversas casas de empeño en el estado de Tabasco.
“Al final se confirma lo que advertimos desde que se lanzó la convocatoria para la licitación: este programa resultó ser un gran negocio para un particular y un gran fracaso para la SEP. Lo peor es que la SEP tendrá que hacer un desembolso adicional para reponer equipos y, al mismo tiempo, aplicar un programa de emergencia para corregir y rescatar Mi Compu.Mx del desastre”, señaló.
El panista sostuvo que los costos por la improvisación del programa piloto van más allá de lo económico, pues a este ritmo, ningún plazo que podamos imponernos para estar a la par de otros países en esta materia podrá cumplirse.
“El principal enemigo de este programa ha sido la misma Secretaría de Educación Pública”, señaló.
El diputado federal del PAN demandó a la SEP hacer válidas las garantías de los equipos de MiCompu.Mx, así como establecer medidas correctivas y de rescate del programa.
Recordó que este programa no sólo se puso en marcha con dos meses de retraso por las irregularidades en su proceso de licitación, sino que ahora, con las fallas en los equipos que no tienen ni seis meses de uso, “se suman más elementos que nos alejan de los indicadores que se requieren para crear nuevas estrategias, planes y proyectos en materia de educación digital”.