Tu casa es el reflejo de tu personalidad, es la imagen que ayuda a definir nuestro estilo de vida.
La estética de un sitio resulta fundamental en la vida de los seres humanos, alimenta el estado de ánimo y si llegamos un poco más lejos, representa esa vanidad en los espacios, que honestamente y aunque sea un pecado, nos hace sentir muy bien.
El diseño, la arquitectura y el interiorismo quizá son desafortunados por no estar considerados como un arte desde el principio de la historia, pero con el paso del tiempo y la realización de piezas extraordinarias, quizá hasta rebasaron los lineamientos que dictan las tradiciones y se han convertido en una expresión total de belleza, sentimientos y emociones.
Intervenir un espacio para modificarlo y darle un aspecto distinto puede ser de lo más emocionante, pero siempre necesitaremos echar un vistazo a las recomendaciones de los profesionales a la historia de estas disciplinas y a los manuales que están a la orden de quien desee un mejor lugar para vivir o trabajar.