Esta tarde, diputados del Congreso de Nuevo León aprobaron la primera vuelta de las modificaciones al artículo 1 de la Constitución de la entidad para considerar como vida a partir de la fecundación del ovulo en la matriz de la mujer y hasta la muerte natural.
Con 33 votos a favor y 6 en contra del PT, PRD y PANAL, el Poder Legislativo cierran la puerta al aborto o procecimiento como la eutanasia.
Esta iniciativa provocó que grupos a favor y en contra de la Ley Antiaborto desataran un conato de bronca a las afueras del Congreso.
Integrantes del grupo “Yo soy voz”, que apoyan la reforma constitucional para que se garantice el derecho a la vida desde su concepción, acudieron a la oficialía del recinto para entregar un documento con más de cuatro mil firmas.
Por su parte, asociaciones viviles en contra de la Ley Antiaborto demandaron que cada mujer debe decidir qué hacer con su cuerpo, portando pancartas con la leyenda “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios”.
El presidente de la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales, Luis David Ortiz, explicó que la modificación lleva un sentido jurídico de protección desde el momento de la concepción, y que no tiene un fin de sancionar el aborto, ya que eso lo estipula el Código Penal.
PRD busca que el aborto legal sea una realidad en todo el país
El Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados propondrá al Congreso de Nuevo León, a que convoque a un ejercicio plural y democrático de discusión para que conforme a criterios jurídicos, objetivos y científicos, se informe a toda la población sobre el impacto negativo y las serias consecuencias que provocaría en la vida y la salud de las mujeres, la iniciativa de reforma al artículo 1 de la Constitución de ese estado, con la que se pretende proteger la vida desde el momento de la fecundación.
Los perredistas hicieron público su rechazo a la imposición de una reforma constitucional en el estado de Nuevo León que pretende garantizar la protección absoluta del derecho a la vida desde la concepción:
“Consideramos inadmisible que la legislatura local en Nuevo León apueste por perpetuar la violencia institucional en su propia Constitución local, al querer institucionalizar normas que además de restringir derechos humanos de las mujeres, las discrimina, criminaliza y las condena a vivir en un clima de persecución que atenta contra su vida y su libertad”.