KIEV.  El ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano entregó una nota de protesta a la embajada rusa en Kiev por la irrupción en la madrugada de ayer en territorio ucraniano de una columna de vehículos con hombres armados procedente de Rusia.

 

Se entabló un combate con los guardias fronterizos, según el comunicado, y como resultado del enfrentamiento, “los guardias fronterizos destruyeron un microbús y capturaron dos utilitarios”.

 

“Uno de los guerrilleros resultó herido” y varios camiones consiguieron adentrarse en el territorio de Ucrania en dirección a la ciudad de Antratsit, una de las plazas fuertes de los rebeldes prorrusos en la región de Lugansk, según la misma fuente.

 

Por otra parte, el alcalde de Donetsk, Alexander Lukianchenko, cifró en 40 los muertos de los combates registrados el lunes, entre ellos al menos cuatro civiles, mientras que en el depósito de cadáveres de la ciudad elevaron el balance a 45.

 

Los rebeldes prorrusos, por su parte, informaron de al menos cien muertos, o incluso 200 según algunos insurgentes, en los enfrentamientos armados de este lunes, y denunciaron que además de más de medio centenar de milicianos, las tropas ucranias habrían matado a otros tantos civiles.

 

Los civiles, según los rebeldes, habrían muerto en ataques del ejército ucraniano en barrios residenciales, aunque sus afirmaciones no han sido confirmadas por otras fuentes.

 

El alcalde de Donetsk informó de que entre los 43 insurgentes heridos y trasladados al hospital hay al menos ocho ciudadanos rusos, algunos de los cuales proceden de la conflictiva Chechenia, escenario de dos crueles guerras y frecuentes atentados terroristas.

 

Otros 18 rebeldes heridos no han podido ser identificados por las autoridades ucranianas, que sí revelaron que algunos milicianos llegaron a la región desde Crimea, anexionada por Rusia.

 

El aeropuerto internacional de Donetsk, donde se registran desde el lunes los enfrentamientos más encarnizados, fue retomado por las fuerzas gubernamentales tras bombardear el lunes a los milicianos que se concentraban en el recinto y sus inmediaciones.

 

En su empeño por expulsar a los insurgentes y retomar el control de las instalaciones aeroportuarias, las fuerzas leales a Kiev lanzaron un ataque aéreo en el que tomaron parte cazas y helicópteros.

 

“El aeropuerto está totalmente bajo nuestro control. El enemigo ha sufrido importantes bajas, nosotros ninguna”, aseguró Arsén Avákov, ministro del Interior, en un comunicado.

 

La autoridad de aviación civil ucraniana prorrogó la cancelación de todas las operaciones de vuelo en el aeropuerto de Donetsk hasta las 20:00 horas de hoy.

 

Por otra parte, el viceprimer ministro ucraniano, Vitali Yarema, insistió en que la operación antiterrorista continuará, como anunció el presidente electo, Petró Poroshenko, nada más ganar las elecciones el pasado domingo.

 

La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) anunció que ha perdido el contacto con cuatro de sus observadores desplazados a la región de Donetsk y que podrían haber sido detenidos por un grupo de hombres hasta ahora no identificados.

 

Los líderes rebeldes prorrusos negaron cualquier implicación en la desaparición de los enviados de la OSCE e insinuaron que pudieron haber sido detenidos por agrupaciones paramilitares proucranianas.