Desde hace siete décadas la riqueza de los mexicanos no se encontraba en niveles tan bajos, en momentos en que la economía nacional marcha por el camino de la desaceleración, advierte la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

 

“Hoy, la riqueza promedio del mexicano se encuentra en su punto más bajo en 70 años, respecto de la riqueza promedio de los norteamericanos, como medida de comparación”, asegura Juan Pablo Castañón, presidente de Coparmex.

 

Según el representante patronal, se vive un momento crítico por el bajo crecimiento de la economía mexicana, el cual debe atenderse con urgencia por un plan para aceleración.

 

“Reconocemos el acierto de corregir los pronósticos oficiales de crecimiento económico. Un ajuste de esta naturaleza es la coyuntura necesaria para debatir por qué no estamos creciendo, y el primer paso para encontrar la solución a un problema estructural del país”; dice el empresario.

 

El 23 de mayo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que el producto interno bruto (PIB) será de 2.7% en 2014, y no de 3.9% una tasa de crecimiento como en reiteradas ocasiones lo defendió su titular Luis Videgaray Caso.

 

Entre los factores que afectaron el rumbo de la economía mexicana fueron una desaceleración del mercado de Estados Unidos, la mayor carga fiscal aprobado a través de la reforma hacendaria y una menor producción de petróleo.

 

“Nuestra propuesta es partir de un diagnóstico para el corto, mediano y largo plazos, con medidas focalizadas para cada caso; en un entorno de discusión social para encontrar soluciones incluyentes de las necesidades ciudadanas, e integradoras de las visiones en los factores de producción”, manifiesta Castañón.

 

El presidente de Coparmex agrega que es importante aplicar en 2014 el programa para acelerar el crecimiento económico y la creación de empleos.

 

La propuesta

 

Para reactivar el mercado interno se requiere recuperar y mejorar el sistema de estímulos fiscales para la innovación y el desarrollo, así como potenciar el mecanismo de asociaciones público privadas para detonar proyectos de infraestructura y agilizar el financiamiento hacia las Pymes en sectores altamente detonadores del empleo, como la construcción o vivienda, explica.

 

“También, se requiere acelerar la aplicación de las reformas para generar certidumbre que atraiga la inversión”, señala.

 

El representante del organismo recuerda que en el mediano plazo, es inevitable una nueva revisión fiscal.

 

“Es un hecho comprobable que las empresas han padecido siempre al sistema fiscal mexicano como un impedimento a su crecimiento, y esto definitivamente no cambió con la última reforma hacendaria”, añade.

 

“Para crecer, hay que recordar, necesitamos otro modelo que se base en el crecimiento de las empresas, y que estas generen los empleos correspondientes”, apunta Castañón.

 

 

Buscan estímulos

 

La Coparmex y otros organismos empresariales buscarán un acercamiento con el Ejecutivo para evaluar la posibilidad de que otorguen estímulos a la inversión y al empleo, con carácter temporal, que pueden contribuir en el corto plazo a impulsar nuestra economía.

 

“A través de un decreto presidencial, es posible contemplar algunos beneficios fiscales de aplicación inmediata, con el objeto de favorecer la generación de empleos formales e impulsar la inversión productiva”.

 

Y para el ejercicio mismo de este año se autorice la deducción inmediata de inversiones nuevas en activos fijos para impulsar la inversión y la consecuente generación de empleo, dice.

 

Añade que cualquier estrategia de largo plazo para crecer, deberá poner en el centro a las pequeñas y medianas empresas combinando los esfuerzos de fomento económico regional con una agenda de fortalecimiento institucional y del estado de derecho.