URUAPAN. Narciso Gallardo, policía municipal sin armas, placa, ni uniforme, cobra cada 15 días un salario de 3 mil 400 pesos; sin embargo, no sabe por cuánto tiempo más gozará del empleo, ya que es uno de 375 guardias uruapenses que han sido relevados del servicio de vigilancia por el Ejército y la Policía Federal.
El pasado 16 de enero, un contingente compuesto por soldados y policías federales tomó el control del edificio policial de este municipio y tras retirar armas y emblemas al personal operativo, ordenó que éste fuera trasladado a un plantel militar de la capital de Tlaxcala, a fin de que tomara un curso “obligatorio” de capacitación.
Pero el citado curso se acompañó de una estricta revisión de expedientes y de un examen de control y confianza, si bien los resultados no han sido dados a conocer por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, ha corrido la voz entre participantes de que fueron reprobatorios en “ocho de cada diez” elementos.
Policía empírica
En Uruapan, como en otros municipios de la entidad, los policías son de origen mayoritariamente empírico, con promedio escolar de primaria y no pocos con antecedentes de haberse dedicado a otros oficios: comerciantes, choferes u obreros.
La autoridad no ha difundido datos que revelen la potencial colusión de elementos con cárteles de la delincuencia organizada; sin embargo la sospecha existe, además de eventuales vínculos familiares de algunos agentes con integrantes de los llamados grupos de autodefensa.
Aunque se define como “buen servidor público” y “saber trabajar en la buenas y en las malas”, el ex policía Gallardo teme que en cualquier momento pueda ser despedido de la corporación; sin embargo, le reconforta un poco haber oído que el municipio no puede ejecutar tal despido, porque “no hay dinero para pagar liquidaciones”.
A esto hay que sumarle que ahora los miembros de las autodefensas, convertidos en Fuerzas Rurales acreditados y pagados por el gobierno estatal relevarán en muchas de sus funciones a los policías municipales, y viene lo otro: el Mando Unificado.
Crisis policial
Como resultado de la incursión federal en el mando policial –esquema replicado en otros 26 municipios de la región, especialmente de Tierra Caliente–, Uruapan ahora enfrenta una severa crisis policial.
Y es que de resultar verídicos los malos resultados del examen, el municipio apenas podría reunir a 70 agentes, medianamente capacitados, para cubrir la “cuota” que debería aportar al futuro Mando Unificado ordenado por la Presidencia de la República para entrar en funciones antes del fin de 2014.
Sin academia de policía ni presupuesto para fundar una al vapor, el alcalde priista de Uruapan, Aldo Macías, dice a los medios estar “buscando soluciones”, al tiempo que se enfila hacia el final de su gestión (2015) relevado hasta de su escolta de confianza, ya que ahora lo siguen día y noche elementos de las secretarías de Defensa Nacional y de Seguridad Pública.
“Golpe de estado” a municipios
Para Enrique Moreno, sociólogo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el relevo de cuadros municipales por parte de mandos federales es un hecho inédito en la historia:
“Cambiar cuerpos municipales por instancias militarizadas representa un golpe de Estado al tradicional poder de alcaldes y caciques que han gobernado las regiones, pero más allá de la implicación política, como michoacano resulta frustrante tener qué reconocer que en todos estos años no hemos podido formar cuerpos policiales de confianza y ahora nos mostremos completamente desnudos en la materia.
“Resultaría que después de tanta guerra y de tantos muertos, inclusive después de tener y sufrir a un presidente michoacano, ahora vemos que nos encontrábamos disque peleando… sin parque ni resorteras.”
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