Los centros de entrenamiento, hoteles y traslados de las selecciones participantes en la Copa del Mundo, serán vigilados por las fuerzas armadas brasileñas.
La participación de los militares se hará de manera conjunta con la policía, y fue autorizada por la presidente Dilma Rousseff el lunes, informó un portavoz del ministerio de Defensa.
La decisión fue adoptada el mismo día en que el autobús que transportaba a la selección brasileña de un hotel de Rio de Janeiro a su centro de entrenamiento fuera cercado por unos 200 profesores en huelga que impidieron su salida durante una media hora.
“Estaba previsto que las Fuerzas Armadas pudieran dar ese apoyo; ahora que comenzaron a llegar las selecciones, fue autorizado”, informó el responsable del ministerio de Defensa.
El año pasado, un contingente fue utilizado durante la visita del papa Francisco, después de que el principal centro de misas y celebraciones fuera desplazado de la periferia de la ciudad a la playa más turística, Copacabana.