La instalación de una tienda de regalos y recuerdos en el Museo del Memorial para las Víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos (11-S), extendió la polémica que rodea al recinto desde su planeación.
Un objeto en particular es el centro de crítica: una bandeja que marca en un mapa de Estados Unidos los tres sitios en que se estrellaron los aviones empleados en los ataques terroristas de 2001, y que algunos medios caracterizaron como “un plato para servir queso”.
El artículo, retirado de la tienda, era una bandeja conmemorativa con fines decorativos y no un objeto para uso diario, dijeron a Notimex voceros del museo y del memorial.
Agregaron que el museo y el memorial mantienen una constante comunicación con los familiares de las víctimas, que participan en su consejo directivo para determinar cuáles son los objetos apropiados para vender en la tienda de regalos.
“Ya contamos con esa parte de nuestro proceso de aprobación y no es un nuevo procedimiento”, aclararon los voceros del museo, que abrió sus puertas al público el pasado 21 de mayo.
La polémica sobre la tienda se extiende también a la cafetería del recinto, que algunos consideran no es un lugar apropiado para generar ventas y promover un negocio.
La controversia sobre la tienda de regalos sigue a la polémica generada por la decisión de colocar dentro del memorial, que no forma parte del museo pero que está junto a éste, los restos no identificados de las víctimas de los ataques del 2001.
Para algunos de los familiares de esas víctimas, los restos serían usados como “una atracción turística” para generar visitantes a un museo cuyo boleto de entrada tiene un costo de 24 dólares.
Grupos civiles también criticaron la exhibición de un video en el museo, que tiene la intención de explicar el contexto histórico de los atentados, y que según detractores puede crear la impresión de que los seguidores del Islam, en general, fueron responsables de los ataques.