Para asistir a un partido de la selección mexicana en suelo estadunidense, los “paisanos” realizan todo un ritual que inicia desde la noche anterior o incluso meses previos, cuando se lleva a cabo la planeación.

 

Todo comienza cuando los boletos salen a la venta, ya que se debe elegir en primera instancia si la economía está para darse un gusto así, ya que existen paquetes accesibles, por ejemplo, ocho boletos por 600 dólares en una buena zona del estadio.

 

Ya con las entradas se delinea todo el plan, porque si no se vive en Arlington hay que viajar y conseguir un hotel, lo más cercano posible al estadio de los Vaqueros de Dallas, el problema es que se deben anticipar a la reservación para no ser “madrugados” y quedarse sin habitación, lo que los obligaría a trasladarse a uno más lejano, con lo que todo eso conlleva.

 

Solucionado este “obstáculo” y ya instalados desde la noche anterior en ese condado, el siguiente paso es el de conseguir las provisiones necesarias, y no solo se trata de comida y agua, sino de las cervezas suficientes para soportar la larga jornada.

 

La mañana de este sábado, una tienda de autoservicio que está exactamente enfrente del inmueble deportivo estaba abarrotada de personas con la playera de México que buscaban el carbón para el asado, la carne para las hamburguesas, los condimentos y cajas, muchas, de cerveza, de preferencia de marca mexicana.

 

Con todo lo necesario, la afición empieza a llegar al estadio desde las 8:00 horas, cuando apenas las puertas del estacionamiento se están abriendo, lo que genera un pequeño congestionamiento, el cual es resuelto rápidamente por los oficiales de tránsito.

 

Ya instalados, el humo comienza a salir, y no porque exista un incendio o sus coches estén faltos de afinación, es porque los asadores ya están en funcionamiento y la carne empieza a cocinarse, en busca de darle ese sazón que muchos de ellos extrañan.

 

La fiesta empieza, solo el preámbulo de lo que se vivirá horas después cuando esta gente que abandonó el sitio que los vio nacer le dé su despedida al Tri, en el cual depositan sus esperanzas en espera de recibir días de alegría en la Copa del Mundo Brasil 2014.