WASHINGTON. La Casa Blanca defendió hoy la liberación de cinco detenidos de la prisión de Guantánamo a cambio de un soldado estadunidense que estuvo bajo cautiverio del Talibán por cinco años, al insistir que la acción fue la indicada.

 

“Fue lo correcto porque en un conflicto armado Estados Unidos no deja atrás a nuestros hombres y mujeres”, dijo el vocero presidencial Jay Carney, al desestimar los temores expresados por el potencial riesgo que podrían presentar estos detenidos.

 

Carney dijo que tanto el Secretario de Defensa, Chuck Hagel, como el equipo de seguridad nacional del presidente Barack Obama se mostraron satisfechos con las condiciones impuestas sobre estos cinco hombres a su retorno a Qatar.

 

“Nosotros creemos que esta no es una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y que existen suficiente razones para estar satisfechos con la transferencia de estos detenidos a Qatar”, consideró Carney durante una entrevista con la cadena de televisión NBC.

 

El sargento del ejército Bowe Bergdahl, el único soldado estadunidense que era mantenido desde hace cinco años como prisionero de guerra en Afganistán, fue liberado el sábado a cambio de cinco prisioneros talibanes que estaban recluidos en Guantánamo.

 

Bergdahl fue tomado como prisionero en junio de 2009 en circunstancias que hasta el momento no han sido clarificadas de manera total.

 

Al momento de su entrega a miembros de una unidad de fuerzas especiales, el soldado fue reportado en buen estado de salud, aunque Carney insistió este lunes que la decisión del gobierno de negociar su liberación respondió al deterioro físico.

 

“No puedo hablar de toda la información que tenemos, pero sabemos que su situación estaba empeorando y eso fue lo que hizo más urgente poder asegurar su libertad”, explicó.

 

La liberación del soldado fue también criticada por algunos republicanos debido a que Obama no notificó con anticipación al Congreso sobre la liberación de los prisioneros de Guantánamo, como lo obliga la ley.