Y de pronto, empezaron a faltar dedos para contar a los que se quedaron colgados de la pelota. Frustrados, sin Copa del Mundo, algunos sin próximo torneo, pero todos pagan el precio de la mercadotecnia, de un voraz calendario que exige a los futbolistas de todo el orbe competir a razón de más de 50 partidos por año entre Ligas, copitas y copotas. Da igual el nombre: Luis Montes, Juan Carlos Medina, Matías Fernández, Segundo Castillo, Rafael Van der Vaart, Riccardo Montolivo, Víctor Valdés, Álbaro Saborío, Bryan Oviedo, Perre Webó, Theo Welcott: da lo mismo la nacionalidad: mexicano, chileno, ecuatoriano, holandés, italiano, español, costarricense, camerunés, inglés.
Y eso sin contar los que están convalecientes, o con alguna esperanza para que el tiempo alcance y puedan estar en unos días parados en tierras sudamericanas. Preguntarle nada más a Radamel Falcao, operado por una ruptura de ligamento cruzado y que ha recurrido a todos los recursos médicos posibles para estar a tiempo y debutar en el Mundial con Colombia.
Diego Costa vive su propio drama en España. Ya con Atlético de Madrid avisó la gravedad de su recarga muscular en la conclusión de la Liga española ante Barcelona, contra quien jugó sólo 19 minutos, además de la final de la Champions League, contra el Real Madrid, equipo ante el que sólo actuó nueve minutos, imprudencias o necedades que le pueden costar no jugar la Copa del Mundo.
Alarma de lesiones que se extiende por todo el mundo. Portugal está con los cabellos crispados y mantiene a Cristiano Ronaldo en unicel por un problema que le marginó del cierre de la liga española y que lo tuvo muy contenido en la final de la Champions con el Madrid, y ni hablar del central Pepe, o está el caso de Sami Khedira, quien apenas la misma noche de Champions en que Cristiano padecía para explotar, el alemán jugaba uno de sus encuentros más erráticos, sin ritmo, sin fondo, todo porque intenta ponerse a tono para no perderse Brasil en unos días.
Todo en medio de un calendario futbolístico saturado para maximizar las ganancias para los de pantalón largo; en Europa, de Ligas, Copas, Copas de la Liga, Supercopas, Champions, Liga de Europa, Eurocopas; en América de Ligas, Copas, Libertadores, Sudamericanas, Concachampions, Copa América. Y para muestra una nota. Cuando ni siquiera se ha jugado la Copa del Mundo de este año, ya se habla del conflicito que se viene para dentro de un año: 2015, una Copa América que podría quedar muy pegada en la convocatoria de sus estrellas. El conflicto es que la final de la máxima competición europea a nivel de clubes está prevista para el 6 de junio de 2015, y el arranque de la Copa América para el 11, y en el caso, no extraño por el nivel futbolístico, de que el Barcelona arribara a dicha final no podría contar con hombres como los de Neymar, Messi o Alexis Sánchez, toda vez el tiempo de concentración de futbolistas con sus selecciones.
Todo un apretujado de partidos que al final provoca lesiones que deja a decenas de estrellas sin posibilidades de representar a sus países, colgados de su pasión, colgados por los balones.