BRUSELAS. La Fiscalía General de Bélgica anunció que todo apunta a que se detuvo al criminal que el pasado 24 de mayo se introdujo al Museo Judío de Bruselas para disparar a mansalva matando a una pareja israelí (que se encontraba de visita en Bélgica) y a una mujer francesa, e hiriendo al encargado de la recepción, un joven belga de 25 años.
“Según las autoridades francesas, este hombre estaba en posesión de una grabación en la que una persona graba las armas y la ropa (que llevaba el autor del ataque) y asegura haber cometido en Bruselas el ataque contra los judíos”, señaló en rueda de prensa el fiscal general, Frédéric Van Leeuw.
El presunto autor del ataque cometido el pasado 24 de mayo no habría podido grabar sus actos porque en ese preciso instante no funcionaba la cámara y por eso filmó las armas y la ropa, indicó Van Leeuw, quien advirtió de que “no es seguro” que la voz corresponda al detenido, identificado como Mehdi Nemmouche, originario de Roubaix, en el norte de Francia, y nacido en 1985.
Éste fue arrestado en la estación Saint-Charles de Marsella (sureste de Francia) a bordo de un autobús procedente de Amsterdam vía Bruselas, donde inició el viaje el pasado día 29, según el fiscal.
El fiscal indicó que las investigaciones apuntan a que “podría haber tenido contactos en Bélgica” y en este contexto se registró una vivienda en la región belga de Courtrai, donde el sospechoso podría haber permanecido” durante su estancia en el país.
Dos personas están siendo interrogadas en relación con este asunto.
En el momento de su detención, el hombre llevaba encima una pequeña cámara de tipo GoPro que podría corresponder a la que portaba el autor del atentado, según las cámaras de vigilancia del museo, un fusil kaláshnikov, una cámara de fotos, una “cantidad impresionante de munición de gran calibre” y una bolsa con ropa y zapatos.
Tenía un revólver en su chaqueta y el kaláshnikov estaba “envuelto en una bandera” con la inscripción Estado Islámico en Iraq y Levante (ISIS), un grupo combatiente presente en Siria, explicó Van Leeuw, quien sostuvo que el sospechoso “probablemente se radicalizó en el último año”.
Se cree que se unió a grupos de la Yihad en Siria durante 2013, pero no era conocido por la policía belga o los servicios de seguridad del país, que ha mantenido la alerta de amenazas en el mismo nivel que la semana pasada, indicó el fiscal, quien señaló que el juez del caso ha pedido la extradición del sospechoso.
En Francia sí estaba fichado porque en 2008 y 2009 había sido condenado en dos ocasiones por robo.
Por su parte, los ministros del Interior de Francia, Bernard Cazeneuve, y Bélgica, Joëlle Milquet, afirmaron que los atentados contra “los valores de la UE no quedarán impunes”, y subrayaron la necesidad de incrementar a nivel europeo las medidas de control sobre las redes yihadistas.
Ha crecido el temor en Europa de que cientos de europeos radicales que se están uniendo a la lucha contra el presidente sirio Bashar Assad puedan cometer ataques cuando vuelven a sus países natales.
“Los nuevos elementos en esta investigación atraen la atención una vez más al problema de ‘los que regresan’, en otras palabras, la gente que va a Siria a participar en los combates y regresa a nuestro país”, explicó el fiscal Frederic Van Leeuw. “Todos los países europeos enfrentan este problema en este momento”.