Cuando todos lo daban por muerto y él mismo se había descartado para dirigir el PRD, Cuauhtémoc Cárdenas volvió a sacar la cabeza el domingo pasado y agitó las aguas del partido al plantear, de nueva cuenta, que aceptaría una candidatura de unidad, lo que pone en riesgo el control de Los Chuchos, que ya se veían con la dirigencia perredista en la bolsa. “He dicho que no voy a contender, no voy a competir con nadie. Vamos a ver que deciden los compañeros”, dijo el ingeniero, que revivió así el proyecto de las corrientes que se oponen a que continúe el dominio de Nueva Izquierda.
Pero, colmilludo como es, Cárdenas no actuó solo al reavivar su aspiración a dirigir el PRD. La respuesta del ingeniero a una pregunta de los reporteros tuvo que ver con la declaración que un día antes, el sábado pasado, hizo René Bejarano, líder de la corriente Izquierda Democrática Nacional, el segundo grupo al interior del PRD y el único que puede descarrilar la intención de Los Chuchos de seguir controlando el partido con la candidatura de Carlos Navarrete. “Si Cuauhtémoc Cárdenas no es el candidato de unidad, habrá fractura en el partido”, advirtió Bejarano en un acto con 20 mil seguidores en el Palacio de los Deportes del DF, donde anunció la creación de un frente “antichuchos”.
La amenaza de Bejarano pesó fuerte al interior del perredismo. Seis corrientes internas firmaron para impedir la continuidad de Nueva Izquierda al frente de la dirigencia: Red de Izquierda Revolucionaria, que encabeza Camilo Valenzuela; Unidad Democrática Nacional, de José Narro; Izquierda Renovadora en Movimiento, de Martha Dalia Gastélum; Unidad y Renovación, de Armando Quintero, y Vanguardia Progresista, cuyos integrantes son cercanos al jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera. A esos grupos podría sumarse la figura de Marcelo Ebrard y su Movimiento Progresista que también se ha dicho a favor de la candidatura de unidad con Cuauhtémoc Cárdenas.
Fue ese nuevo pronunciamiento a su favor por parte de las corrientes lo que alentó al ingeniero a reactivar una postulación de unidad que él mismo había descartado en noviembre pasado cuando dijo no estar buscando la dirigencia del partido. Pero el domingo, el coordinador de Asuntos Internacionales del GDF matizó que no piensa contender ni competir, pero aceptaría ser dirigente si se lo piden por aclamación las corrientes perredistas.
El nuevo encarte de Cuauhtémoc junto con las amenazas de Bejarano le complican las cosas a Los Chuchos que ya preparaban el terreno para activar una “aplanadora” en una elección de Consejo Nacional donde su aplastante mayoría proclamaría dirigente a Navarrete el 21 de septiembre próximo, según el calendario y el método aprobados. Incluso, para legitimar su cuarta dirigencia al frente del partido, el CEN perredista, encabezado por Jesús Zambrano propuso que fuera el Instituto Nacional Electoral el encargado de organizar una contienda interna, en un hecho inédito que no ha sido descartado por los consejeros del recién creado órgano electoral.
Los Chuchos decidieron retirar su apoyo a una candidatura de unidad de Cuauhtémoc Cárdenas y optaron por buscar su continuidad con Navarrete, luego de que en negociaciones privadas, el ingeniero les pusiera elevadas condiciones para aceptar ser dirigente de unidad. Cárdenas pidió, entre otras cosas, la coordinación del PRD en la Cámara de Diputados en 2015 para alguien cercano a él, además de posiciones clave del CEN perredista como la Secretaría de Finanzas y la de Organización.
Los líderes de Nueva Izquierda entendieron que si apoyaban a Cuauhtémoc tendrían que compartir el control del partido con él y fue entonces que rompieron todo diálogo y lanzaron la candidatura del ex senador Carlos Navarrete, que desde entonces recorre el país promoviendo su postulación entre los perredistas con una campaña bien organizada y que dispone de un financiamiento notable.
Al final todo indica que la disputa por el PRD subirá de intensidad y que no hay nada escrito para Los Chuchos. Parece que lo acontecido en el PAN este mismo fin de semana, donde el dirigente Gustavo Madero y su grupo aplastaron al grupo minoritario de Ernesto Cordero al cederle sólo dos posiciones de la Comisión Política Nacional del panismo, también tuvo repercusiones en el PRD, donde las corrientes opuestas a Los Chuchos pusieron sus barbas a remojar y se agruparon en torno a la emblemática figura de Cuauhtémoc Cárdenas para evitar ser arrasados.
NOTAS INDISCRETAS…A propósito de lo acontecido en el PAN el fin de semana y de cómo el grupo de Ernesto Cordero se quedó con un palmo de narices y fue arrasado literalmente por los maderistas, a un personaje muy cercano a Gustavo Madero se le escuchó decir en corto: “No vamos a cederles nada. Esto se trata de justicia. Nos vamos a cobrar todas y cada una de las afrentas que nos hizo Calderón”. ¿Así o más claro? Los dados mandan Serpiente. Mal tiro.