Insurgentes pro rusos capturaron el miércoles tres bases del gobierno en el este de Ucrania en una serie de derrotas humillantes para las asediadas fuerzas armadas, mientras el presidente electo prometía nuevas iniciativas para ayudar a terminar la rebelión en el corazón industrial del país.
Petro Poroshenko, hablando en Varsovia después de reunirse con el presidente estadounidense Barack Obama y otros líderes occidentales, rechazó un llamado de las autoridades interinas de Ucrania para implantar la ley marcial en la abrumada región este de la nación, diciendo que buscaría pacificar la región con una oferta de amnistía y una promesa de elecciones regionales adelantadas.
La propuesta de Poroshenko, que se espera sea detallada el sábado en su discurso de toma de posesión, ocurre en momentos que las tropas ucranianas sufrieron una serie de derrotas vergonzosas el miércoles.
Fuerzas de la Guardia Nacional se quedaron sin municiones y tuvieron que huir de su base cerca de la ciudad de Lugansk después de horas de batalla en la que murieron seis rebeldes y resultaron heridos tres soldados.
La derrota ocurrió mientras fuerzas rebeldes tomaban el control de un cuartel de guardia fronteriza en las afueras de la ciudad después de asediarlo durante dos días. Luego expulsaron a guardias de otra base en la cercana ciudad de Sverdlovsk junto a la frontera con Rusia. En este caso a los guardias se les permitió salir y marcharse con sus armas.
Las derrotas subrayaron la falta de efectividad de las fuerzas armadas de Ucrania, mal entrenadas y carentes de dinero, que además han estado plagadas de problemas de comunicaciones malas y suministros.
Las autoridades provisionales de Ucrania han atribuido los fracasos militares recientes al pro ruso ex presidente Víktor Yanukóvich, afirmando que su gobierno corrupto negó a los soldados recursos y entrenamiento.
La falta de fondos es tan desesperante que el Ministerio de Defensa tuvo que establecer una cuenta de donaciones de caridad para apoyar a las fuerzas armadas, mientras voluntarios en todo el país han estado comprando provisiones para los soldados.
Obama, en Varsovia para la celebración del 25to aniversario de la primera elección parcialmente libre de Polonia, elogió a Poroshenko por acercarse a la región oriental de Ucrania y ofreció cinco millones de dólares en ayuda nueva para las fuerzas armadas ucranianas, como equipo que pudiera ayudar en el combate contra los insurgentes.
La Casa Blanca dijo que la ayuda incluiría, por primera vez, chalecos antibalas y gafas de visión nocturna. Estados Unidos ya ha proporcionado alimentos y dinero para suministros médicos y otra asistencia no letal, como ropa, bolsas para dormir y generadores de electricidad.
Muchas unidades ucranianas en el este están formadas por reclutas mal entrenados, quienes provienen de la región y parecen no estar dispuestos a enfrentar a los rebeldes.
Sobre los enfrentamientos de la madrugada del miércoles, Alexei Toporov, un vocero de los insurgentes en in Lugansk, dijo que los guardias estaban huyendo y que los insurgentes no trataron de detenerlos.
“Nosotros los liberamos y los dejamos ir a casa, a nadie se lo impedimos”, señaló. “Ellos dejaron sus armas, y esta base pasa ahora bajo el control de la República del Pueblo de Lugansk”.