En la mitad de las escuelas de preescolar, primaria y secundaria del país los profesores no sólo imparten clases, también deben asumir funciones de directores, administrativas y hasta de intendencia, detalla el estudio “El derecho a la Educación de Calidad”, elaborado por el INEE.
Datos del reporte del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) señalan que 37 mil 22 jardines de niños, así como 40 mil 226 primarias y 13 mil 898 secundarias del país cuentan solamente con uno o varios profesores que imparten clases, pero también son responsables de las labores de un director, de la secretaria que lleva el papeleo, dan clases de educación física, música o artes, y limpian el plantel.
Esto representa 50% de las escuelas primarias y 46% de las secundarias públicas del territorio, así como 67% del total de preescolar.
“Cuando en una escuela existe una estructura ocupacional que integran directivos y docentes es posible garantizar la realización de todas las funciones previstas. Pero, si en otra escuela no hay docentes especiales o directivos, entonces no cuenta con las condiciones para asumir la formación integral de los educandos”, advierte el estudio.
Sobre este tema, el reporte (Mal) Gasto Educativo, elaborado por la organización Mexicanos Primero, señala que para funcionar un plantel debe contar con un director, un maestro por cada grupo, además de un profesor de servicios y personal de mantenimiento.
Sin embargo, la realidad es muy diferente. Cynthia Silva -quien ganó el Premio ABC 2013 entregado por esta organización civil-, trabaja en un kínder unidocente de Fortín de las Flores, Veracruz, donde realiza funciones de directora, gestora escolar, intendente y maestra.
La situación de los planteles sin personal suficiente se agrava en las zonas indígenas y rurales. El documento del INEE señala que ninguna primaria o preescolar en estas comunidades tiene profesor, director y profesores de materias especiales.
Nueve de cada 10 preescolares y primarias en esas zonas apenas funcionan con uno o más profesores. En el caso de las secundarias, las más afectadas son las telesecundarias, de las cuales 78% opera en estas mismas condiciones.
La carga de trabajo y el bajo salario provoca que los docentes se nieguen a acudir a estas comunidades, según refirió el estudio de Mexicanos Primero. La diferencia de sueldos entre un maestro de zona rural y otro de la ciudad es de 1.5 hasta 2.3 veces; aunado esto a que un profesor que labora en la ciudad puede conseguir otra plaza de docente o incorporarse a los programas de capacitación para obtener un aumento.
La falta de docentes en estas escuelas contrasta con los 39 mil 222 “aviadores” que cobran sin trabajar y los 30 mil 695 maestros comisionados, dentro del sindicato o en labores de la Secretaría de Educación, según reportó el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (CEMABE), en marzo pasado.
Para Marisol Vázquez, investigadora del Programa Interdisciplinario sobre Política y Prácticas Educativas del CIDE, el que los docentes se hagan cargo de la escuela de múltiples labores implica “los distrae de su principal objetivo que es impartir clases”, lo que se refleja en los resultados de sus alumnos.