En tres años, la población infantil ocupada laboralmente en México disminuyó en casi seis mil menores, no obstante, todavía más de tres millones de niñas y niños que realizan alguna actividad económica, lo que representa una tasa de ocupación de 10.5 por cada 100 niños, reveló el INEGI.
En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora este 12 de junio, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dio a conocer también que la cifra de infantes en situación laboral fue de cerca de 78 millones entre 2000 y 2012.
Thomas Wissing, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para México y Cuba, declaró en días recientes que si bien en el mundo hay tendencia a la baja del fenómeno “no hay que bajar la guardia”, ya que aún hay 168 millones de menores entre cinco y 17 años de edad que trabajan, cifra que representa 11% del total de la población global de ese grupo de edad.
De acuerdo con la OIT y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el trabajo infantil se contextualiza principalmente en las zonas rurales. En México, del total de niños ocupados 69.9% vive en este contexto, mientras que tres de cada 10 habitan en las ciudades.
Por otra parte, casi la mitad de los menores mexicanos en situación laboral (47%) no percibe ninguna remuneración económica, en tanto que 25% de los niños y las niñas ocupados recibe más de tres salarios mínimos. Asimismo, cuatro de cada 10 infantes que trabajan declararon no asistir a la escuela.

 

 

En México, la protección de los niños contra el trabajo se expresa en la Constitución y se materializa en la Ley Federal del Trabajo, donde se prohíbe que los menores de 14 años laboren en cualquier actividad económica, mientras que los adolescentes de 14 a 17 años lo pueden hacer siempre que haya permiso por parte de los padres y compatibilidad entre el estudio y el trabajo, entre otras condiciones que salvaguarden su bienestar.
No obstante, legisladores trabajan en una iniciativa del Ejecutivo para elevar de 14 a 15 años la edad mínima para trabajar, además de prohibir el empleo de menores de 16 años en sectores como minas, ladrilleras, campo y albañilería, así como obligar a los empleadores a pagar a los menores un salario similar al de un adulto si realizan la misma labor.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que entre los principales motivos que impulsan a los niños a trabajar están la situación económica de su hogar, ya que 40.9% de la población infantil ocupada declaró hacerlo por necesidades en sus hogares o para contribuir en el gasto de la casa, mientras que 25.5% lo hace para poder cubrir los gastos de sus estudios y 15.5% para aprender un oficio.