SANTOS. Si uno compra por internet su hospedaje en Brasil debe estar atento al tipo de hotel al que el sitio lo envía. Puede resultar que el establecimiento que tan bonito se ve en las fotos, sea muy diferente en la realidad, o resulte un hotel de paso, de esos a los que hay que entrar por una puerta que sólo se abre desde dentro, en donde te atienden detrás de un vidrio de alta seguridad y en los que cada auto se oculta discretamente detrás de una cortina.

 

Después de la primera impresión de llegar a un hotel así, uno le va encontrando ventajas. Por ejemplo, debido al tipo de demanda de contenido de internet que se da en esos lugares, el ancho de banda es inusualmente alto, lo que para el trabajo de un periodista es bueno. Que las sábanas y toallas estén dentro de una bolsa de plástico pierde importancia contra la calidad de desayuno incluido, a la habitación, y con un café de primera calidad.

 

Y en cuanto a la seguridad, aunque el motel se encuentra en una zona no muy bonita. Hay chicas que ofrecen sus servicios por la noche, pero eso sí, nadie entra si no tiene algo qué hacer ahí. En contraste con hoteles turísticos, resulta mucho más seguro.

 

Viene a cuento porque a unos compañeros de Reuters les robaron su equipo y todo, hasta la ropa, en el Hotel Mercure, lo que causó mucho revuelo entre los enviados y gran pena de quienes trabajan con la prensa en la sala de prensa que el ayuntamiento equipó y puso a disposición de los medios mexicanos y costarricenses a unos metros de donde entrena México, en la Arena Santos, un bonito recinto que todo el día está ocupado por gente que hace deporte, futbol, balonmano y basquetbol, principalmente.

 

¿Y los precios? Los hoteles regulares están cotizándose a precio de palacio, por lo que no pocos mexicanos hemos terminado en cómodos hoteles de paso, perjudicando a las parejas que andan de aquí para allá, buscando dónde darle vuelo a la hilacha.