Si hay un tema de máxima actualidad en las relaciones entre España y México es el tema de los hidrocarburos. No solo por la noticia económica de que Pemex se salió del acuerdo con Repsol, que como dijo el presidente Enrique Peña Nieto: “es una decisión gerencial y técnica que no afecta al sentimiento de hermandad entre los dos naciones: España y México”, sino porque entre los planes del Ministro de Asuntos Exteriores: José Manuel García-Margallo está el reducir considerablemente la amplia cuota de importación de crudo a España y aumentar la de México.
México ocupa el tercer lugar en importación de crudo a España, con una cuota de 16%. El primer lugar es para Rusia (19%), seguido de Nigeria (17%), según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES). Aunque aún falta tiempo para que el movimiento en las cuotas de importación sea una realidad, lo cierto es que los conflictos Rusia-Ucrania y las altas perspectivas de trabajo conjunto entre México y España, que han tomado un considerable impulso tras la visita de Estado del Presidente Peña Nieto “Nuestra relación es magnífica y tenemos un futuro lleno de posibilidades”, afirmó el presidente mexicano.
Si a esto se añade que el eje fundamental de la reforma energética que el gobierno de Peña Nieto tiene en marcha, es la liberalización, como afirmó el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray en España: “Parecía que en México no se podía hacer una reforma energética, era algo que no se había tocado en más de 50 años”.
Se prevé que la primera licitación en el tema de los hidrocarburos sea a comienzos de 2015. Las empresas españolas serán sus aliados. Algunas de estas empresas tienen nombre y apellidos, como la española Iberdrola. Su presidente, Ignacio Sánchez-Galán afirmó que van a invertir 5mil millones de dólares en México en seis años. Señaló que: “México produce buena parte de su electricidad con gasóleo, cuando sería más productivo vender ese crudo y generar electricidad con gas, del que también tiene recursos”.