Cuando ya bien entrada la noche, y convertido el Auditorio Nacional en un hervidero de emociones Hugh Laurie y la Copper Bottom Band dijeron hasta aquí llegó el concierto, el público pidió más. Los siete músicos regresaron al escenario y volvieron a encender la mecha festiva.
Lo hicieron para que Laurie, quien alcanzó la fama y la gloria a través de su personaje “Dr. House”, vistiera la camiseta nacional de México y cantara “samba pa’ ti”, tema de la banda norteamericana de Santana, publicada en 1970 como parte del repertorio del disco “Abraxas”. La fiesta se recargó.
Ataviado de tal manera, fusionó la mencionada canción con el tradicional y mexicanísimo “Cielito lindo”, que el público, que no alcanzó para llenar el Coloso de Reforma (ni siquiera en su particular área destinada a los medios de comunicación), cantó también para hacer los coros, obviamente, todos de pie.
Laurie-Huose deseó a México la mejor de las suertes en el inminente Mundial de Fútbol de Brasil 2014. Deseó que le vaya bien a la selección mexicana en todos los partidos que tiene comprometidos en esa nación, que si bien ha sido semillero estrellas del balompié, hoy tiene ya crisis social por la misma razón.
Casi dos horas antes, al inicio del concierto de gira internacional, los músicos de la banda Copper Bottom dieron el preludio para que Laurie, caballito de tequila en mano, saludara al público con un “buenas noches” en español con acento inglés. “¿Cómo están?”, preguntó el músico-actor para romper el hielo.
“Estamos muy contentos de estar aquí”, añadió en el mismo tono, y acompañó la frase con un baile sensual, tan provocativo como espontáneo, que arrancó gritos apasionados a las chicas y risas socarronas a los chicos. “Soy un idiota inglés; no hablo español”, agregó, y dicho eso, se sentó gozoso ante su piano.
Anoche, Laurie no sólo cantó y tocó más de un instrumento. Habló hasta que se sintió bien identificado con el público mexicano, quien en todo momento le brindó muestras de afecto y simpatía.
Apoyado por uno de sus músicos, pudo expresar públicamente: “Dejemos que los buenos tiempos corran…”.
Y de esa forma, inició el concierto. “Iko iko” arrancó el programa para seguir con “Let the good times roll”, “Evenin”, “Bona sera”, “What kind of man are you”, “Day and night”, “Kiss of fire”, “Junco partner”, “Lectric chair”, “You don’t know my mind”, “Weed smoker’s dream” y la celebrada “Lazy river”.
El concierto siguió entre frases en medio inglés y medio español. “Son muy amables”, le dijo a los asistentes, quienes, a su vez, lo medio vieron en vivo y en directo y lo medio observaron a través e las dos pantallas gigantes, que como siempre, flanquean al escenario para que los de hasta atrás vean algo.
El espectáculo siguió su curso con “Didn’t it rain”, “St. James infirmary”, “My journey to the sky”, “Wild honey”, “I hate a man like you”, “I wish i knew how it wouildfeel”, “Such a might”, “Green rocky road”, “Go to the marid gras”, “Changes” y “You never can tell”. Luego de eso, la mecha revivió.