El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Mancera, y su secretario de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivski, propusieron desde los primeros días de mayo, en ocasión de la celebración del día del Trabajo, un debate nacional sobre el salario mínimo que, dicho sea con todo respeto, actualmente es una miseria.
En el debate, donde espontáneamente han participado funcionarios del gobierno federal y local, empresarios, sindicatos, incluyendo los “charros”; instituciones nacionales e internacionales de prestigio, académicos, investigadores… han surgido lo que bien podría calificarse como “algunos mitos y realidades del salario mínimo en México”. Veamos:
Mito n°1: Sólo 13% de la población ocupada gana un salario mínimo que es de 67.29 pesos diarios para la región A y 63.77 pesos para la B.
Realidad: Efectivamente, casi 6.5 millones de personas en todo el país perciben ese salario, el cual no les alcanza para adquirir ni una canasta básica. Incluso los que ganan de uno a dos salarios mínimos (casi 12 millones de personas) y los que perciben de dos a tres (11 millones de personas) “pasan las de Caín” para poder subsistir. Esos tres rangos de salario suman más de 29 millones de personas que representan casi 60% de la población ocupada.
Mito n°2: Elevar el salario mínimo al doble o al triple, como sugieren sus promotores (Mancera y Chertorivski) provocaría el cierre de empresas, dicen los “estudiosos” del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), empleados de los “cupuleros”.
Realidad: En aquellos países donde se ha incrementado el salario mínimo de manera importante, no ha ocurrido un cierre masivo de empresas. Lo del subempleo y la informalidad es “otra historia”, responde Chertorivski.
Mito n° 3: Si se incrementa el salario mínimo 10%, 50%, 100%, o más, sería una “locura”, pues además generaría mayor inflación.
Realidad: La inflación real se ha incrementado de manera importante en los últimos años, afectando considerablemente a millones de personas, no nada más a las que perciben un salario mínimo sino a los de dos, tres, cuatro y hasta cinco. En los últimos 30 años el salario mínimo ha perdido 80% de su poder adquisitivo.
Mito n°4: No se puede aumentar el salario mínimo por decreto.
Realidad: La única que puede aumentarlos cuasi por decreto es la Comisión Nacional de Salarios Mínimos que cada año revisa los mini salarios con base al comportamiento esperado de la inflación oficial, no la real, por lo cual ya se convirtieron en “microsalarios” mínimos. Otra realidad es que nadie está proponiendo que se aumenten por decreto, sino que se analice el asunto por regiones, por sectores de la producción y por tamaño de las empresas.
Mito n° 5: El salario mínimo es un tema estrictamente laboral.
Realidad: Además de laboral es un asunto político, económico y social que nos atañe a todos. Además, es una herramienta para combatir la pobreza y la desigualdad.
Muchos “mitos geniales” se han construido durante décadas sobre este asunto, pero ya es tiempo de acabar con ellos. De ahí la importancia del debate para discutir cuál debe ser el salario digno para millones de mexicanos, dicen Mancera y Chertorivski.
AGENDA PREVIA
Tal parece que en materia de telecomunicaciones la incertidumbre y la urgencia de legalidad abarcan desde la falta de aprobación en el Congreso de una ley secundaria en la materia, hasta los hechos triviales y cotidianos como la instalación irregular de antenas de telefonía celular en la Delegación Miguel Hidalgo.
Resulta ser que sobre la azotea del número 166 de la calle de Tiro al Pichón, en Lomas de Bezares, donde el uso de suelo corresponde a fines residenciales, la empresa Gtp Global Towers se brincó todos los ordenamientos jurídicos y plantó una enorme antena de la compañía Telcel, ante la cual el Jefe Delegacional, Víctor Romo, nomás no se atreve a hacer ni el menor gesto, ya no se diga, como estaría obligado en virtud de su encargo, mandarla quitar de inmediato.
Los vecinos se han cansado de presentar denuncias ante el INVEA, quejas contra el IFT, avisos a la Dirección de Aeronáutica Civil de la SCT, peticiones a la CFE para que no abastezca de electricidad al peligroso adefesio de metal y reclamos al por mayor ante la SEDUVI. Bueno, hasta al mandamás de la compañía telefónica, Daniel Hajj, se le han enviado atentas súplicas para que retire su antena y por favor procure cumplir con la normatividad vigente.
Habrá que ver si las autoridades de la demarcación deciden ejercer sus atribuciones, o seguimos esperando a la próxima reforma de telecomunicaciones para ver si así los ciudadanos logran que la ley se cumpla.