LONDRES. Miles de taxis negros de Londres colapsaron hoy varias calles del centro de la capital británica en protesta contra la aplicación móvil Uber, que conecta a los usuarios con conductores particulares y que consideran “ilegal”.
Según el sindicato RMT, “un número estimado de unos 10,000” “cabbies” -como se conoce a estos vehículos- tomaron vías que atraviesan concurridas y emblemáticas zonas de la ciudad, como el Strand, Covent Garden, el área cercana al Parlamento de Westminster o la plaza de Trafalgar, para mostrar su descontento.
La protesta, que empezó a las 13:00 horas GMT y que solo se pudo alargar durante una hora, fue similar a otras convocadas en Europa, en ciudades como Madrid, Berlín y París por el cada vez mayor uso de la aplicación Uber.
Esos servicios de transporte no profesional ponen en contacto a usuarios para ofrecer la posibilidad de viajes más económicos, en coches conducidos por particulares.
Uno de los taxistas de Londres, en esa profesión desde hace 18 años, lamentó hoy en declaraciones a EFE que Uber, que permite al usuario tener un cálculo previo del coste de su viaje, representa “una competencia desleal” para los taxis negros y consideró que esa aplicación no ofrece ninguna garantía de “seguridad”.
Otro representante del sindicato Ferroviario, Marítimo y del Transporte (RMT, siglas en inglés) instó a Transport for London (Tfl), que gestiona el transporte en la ciudad, a “aplicar la legislación”.
Este trabajador consideró que los taxis negros de Londres, todo un símbolo de la capital británica, con su “fantástica reputación a lo largo de los años merecen un respeto”.
Aunque los “cabbies” aclaran que no tienen nada contra Uber, sino contra Tfl por no aplicar la ley, creen que esa aplicación viola la ley al fijar previamente el precio del viaje y piden que se adopten medidas legales.
Los taxis negros de Londres, famosos por su amplio espacio interno y capaces de transportar a cinco viajeros, reciben la licencia para operar tras aprobar una rigurosa prueba.
Por contra, los usuarios de Uber defienden que es una forma más económica de transporte frente a los taxis negros, cuyas tarifas suelen ser muy elevadas.