El titular de la SEP, Emilio Chuayffet, convocó a la comunidad educativa a construir un frente común, pues “el logro escolar sólo será posible si alumnos, maestros, padres de familia y autoridades caminamos juntos hacia una misma dirección”.
El funcionario encabezó el Foro Nacional Relativo a la Educación Básica en la Biblioteca de México José Vasconcelos, acompañado por los encargados de la política educativa de las entidades del país.
Durante su participación expuso, “en toda reforma social hay opiniones que no suelen ser homogéneas, que son contradictorias”.
“Y el sentido común y la percepción democrática, así como la valoración intelectual de la propuesta puede evitarnos el riesgo de querer quedar bien con todos, para quedar bien con nadie. De esa suerte, la reforma resultaría vacía”, indicó.
El funcionario federal estableció que por la vía de la educación se resuelven de manera contundente contradicciones sociales; se absuelven posiciones de desigualdad y se define una sociedad más equitativa creándola y recreándola para poder, como con ninguna otra actividad, mover a México.
Indicó que una escuela de educación básica debe tener mínimos básicos para avanzar, que él colocó en seis rubros, que incluyen un cuerpo docente altamente calificado y comprometido, que ha recuperado el aprecio y el reconocimiento social.
En el cual, los mexicanos depositamos nuestra confianza para educar a los menores, porque goza en su inmensa mayoría de un prestigio que no puede contradecir nadie, agregó el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Añadió que para cumplir con los fines y propósitos de la educación es fundamental la participación de todos los actores, en específico los padres de familia, que gracias a esta reforma constitucional por primera vez son reconocidos como agentes educativos en México.
“Ellos tienen mucho que decir sobre la trascendente modificación del proceso de enseñanza-aprendizaje”, aseguró.
Chuayffet Chemor consideró que se requiere de un currículum nacional de mínimos comunes que pueda ser situado y enriquecido desde lo local, para que los niños se arraiguen en su contexto y se proyecten en lo universal.
Además, un marco curricular operable en la realidad de las escuelas; el fortalecimiento de la escritura, del pensamiento lógico-matemático como herramientas fundamentales para aprender a aprender; la introducción de la educación artística, de la cívica y física como fundamento del desarrollo humano integral.
Manifestó que la educación es soporte efectivo de la libertad; fuente de valores cívicos y crisol de la igualdad y solidaridad.
“Reformar en materia educativa como en cualquier otra materia, es como quitarle las ruedas a un ferrocarril en movimiento. Por eso ninguna reforma de lo social está exenta de errores, de contradicciones y a veces de la presión punzante del inmediativismo”, expresó.
De acuerdo con el secretario de Educación Pública, la reforma comenzó innovando las estructuras jurídicas, pero sobre todo sentó las nuevas bases para los cambios pedagógicos.
“Este primer ejercicio de diálogo y apertura pedagógica nos ha permitido oír muchas opiniones vertidas a lo largo de los foros regionales y que hoy concluyen en materia de educación básica”, expuso.
Al concluir el nivel básico, los niños deben ser capaces de tomar mejores decisiones, trabajar colaborativamente con otros, comunicar con claridad sus ideas y desenvolverse de manera fluida y armónica en distintos contextos. En suma, ser integralmente personas, indicó.
El programa de estudios debe alinearse a la época que vivimos: las materias esenciales que se imparten en las escuelas deben reforzarse especialmente con miras a que los alumnos desarrollen todos sus talentos en el marco de una educación holística, consideró el funcionario federal.
Asimismo, añadió, deben adquirir habilidades propias del siglo XXI, como son pensamiento lógico y crítico rigurosamente aplicado; uso de herramientas digitales; capacidad de adaptación ante un mundo cambiante y hoy, como siempre, la imaginación como fogón de la creatividad. “Deseamos hombres y mujeres contemporáneos de su tiempo”.
En su oportunidad, el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, aseveró que “es un equívoco desacreditar, estigmatizar a los maestros. No es posible que ningún país alcance el desarrollo pleno a partir de una descalificación de estas características”.
Pidió también un pacto social en torno a la escuela. “La escuela es un compromiso de todos y la hechura de las respuestas a las nuevas interrogantes del entorno debe ser responsabilidad de todos. No puede haber ni permitirse omisión de ningún actor que forma parte del hecho educativo”.