En el marco del arranque del Mundial Brasil 2014, dos brasileños nativos regresan a su patria de nacimiento pero como parte de la alineación de equipos europeos.
Eduardo Alves Da Silva, el más famoso, nació hace 31 años en Río de Janeiro, apenas a los 16 años abandonó su país, al no encontrar oportunidades para explotar su talento.
Se enroló en las filas del Dinamo de la capital croata, equipo con el que ganó todos los títulos de futbol de ese país. Para 2007 el Arsenal de Inglaterra pagó 24 millones de euros por él.
En el cuadro londinense empezó a tambor batiente, sin embargo con el tiempo, no se pudo consolidar en la delantera, así que en 2010, pasó por 7.5 millones de euros al Shaktar Donetsk de Ucrania.
En 2002 decidió adoptar la nacionalidad croata, con quien ha jugado 61 partidos y ya suma 29, ahora el azar lo pone frente a su país natal en el partido de inauguración, por si faltará algún ingrediente interesante al primer partido del vigésimo campeonato del mundo, se agrega esta curiosa situación.
“Muchos me dicen que voy a marcar el gol de la victoria. Es algo que me motiva. Hay quienes me recomiendan que tenga cuidado para que no marque un gol en propia puerta. Puedo decir que mi sangre es brasileña, pero mi corazón es croata. Es un momento difícil y si tuviese la oportunidad cantaría los dos himnos”, reconoce Silva.
El caso de Diego Costa
Diego da Silva Costa nació en 1988 en Lagarto Brasil, no jugó en ningún equipo ni semiprofesional hasta los 16 años, gracias a un amigo pudo emigra a Portugal a probar suerte en un equipo de segunda división.
Para 2007 llegó a España con el Celta de Vigo, consiguió escasos cinco goles en 31 partidos, fue hasta 2011 con el Rayo Vallecano que explotó todo su potencial ofensivo, consiguió 10 dianas en apenas 16 juegos.
El Atlético de Madrid se fijó en él, era el dueño de su carta así que decidió que se integrara al equipo.
Con los Colchoneros rompió las expectativas, 37 goles en 66 partidos además de la liga española, lo avalan como uno de los delanteros más letales.
Costa debutó con la selección española en marzo pasado, después de un estira y afloja entre españoles y brasileños, ambos bandos le ofrecían el campeonato del mundo, hasta que El lagarto se inclinó por los ibéricos.