Lo que se suponía sería uno de los momentos más emotivos de la inauguración del Mundial Brasil 2014, pasó casi inadvertido.

 

La patada inicial que dio un joven parapléjico de 16 años con ayuda de un exoesqueleto robótico, que costó 14 millones de dólares, no se vio por  un error de dirección en la televisión oficial, la imagen del chico duro apenas unos segundos.

 

El equipo robótico fue construido por 156 científicos, y es controlado gracias  a impulsos eléctricos que genera el cerebro.

 

Con este prototipo se puede ayudar a los parapléjicos a caminar, gracias a que obedece las ordenes que el cerebro manda a las extremidades.